El cambio de Ikis
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El cambio de Ikis
Eran altas horas de la noche, todo el mundo dormía placidamente en el bastión de El Pacto salvo una elfa sacerdotisa…esa noche no podía conciliar el sueño, llevaba unas noches teniendo extraños sueños.
“Ikis”- esuchó la elfa como un susurro, asustada se levantó de la cama pero no vió a nadie en la habitación, -debe ser el viento- dijo mirando que se había dejado la ventana abierta, la cerró y se volvió a acostar…
Pasaron como diez minutos, la elfa estaba a punto de quedarse dormida cuando un leve ruido sonó, era como si algo pequeño hubiera golpeado la ventana, ‘click’ volvió a sonar, pasaron unos segundos y volvió a sonar ‘click’, Ikis se levantó de la cama y temerosa se acercó a la ventana para ver que era lo que producía aquel ruido… Cuando estuvo delante de la ventana pudo ver como 3 figuras encapuchadas estaban fuera, y aunque no podía ver sus caras sabía que la estaban mirando, la figura del medio levantó la mano, señaló a la elfa y con un leve movimiento de muñeca una extraña luz azul envolvió la mano del encapuchado, la elfa empezó a sentir mareo y algo que tiraba de ella hacia fuera, cerró los ojos un instante y al abrirlos estaba en frente de los tres encapuchados, sorprendida miró hacia la ventana y allí estaba ella, frente a la ventana flotando en el aire con los ojos en blanco
- Tranquila, no te asustes – Dijo uno de los encapuchados
- ¿Qué pasa? ¿Quiénes sois? ¿Qué quereis de mi? – Dijo Ikis en un tono despectivo
- Hemos venido a ayudarte, confia en nosotros – susurró el encapuchado de la derecha mientras miraba hacia los lados – has de venir con nosotros si quieres seguir viva
- ¿Ayudarme? ¿Contra que? ¿Seguir viva? Exijo una explicación de lo que está ocurriendo, de aquí no me muevo hasta que no recupere mi cuerpo y me conteis qué diablos ocurre – dijo la elfa cruzandose de brazos.
- Ya están demasiado cerca, debemos irnos… Ikis, confía en nosotros
En ese mismo instante, aparecieron dos figuras tras una de las esquinas del bastión – demasiado tarde, ya están aqui…- dijo el encapuchado del medio mientras se colocaba en entre Ikis y las dos nuevas figuras
- Venimos a llevarnos a Ikis luz del Alba en el nombre del consejo Argenta, os recomiendo que no os cruceis en nuestro camino seais quien seais- Dijo la figura más alta
Las dos figuras dieron unos pasos hacia delante dejandose ver ante la tenue luz de la luna, “un elfo de la noche y una humana, y con el estandarte Argenta…¿qué harán aqui?” se preguntó la elfa.
- ¿Por qué os manda el consejo Argenta a por mi? – preguntó la elfa en tono preocupado
- Se te acusa de posible traición, debemos llevarte ante el consejo para que puedan comprobar si existe peligro alguno para nuestra causa – dijo despreocupado el elfo de la noche
- Si quereis llevarosla tendrá que ser por encima de mi cadáver. Lunai, Uhter, coger su cuerpo y llevárosla que yo me encargo de ellos… - dijo el encapuchado que se había puesto delante de la elfa.
En cuestión de segundos Lunai y Uhter se pusieron alrededor de Ikis, dieron una palmada e Ikis comenzó a marearse de nuevo y todo se volvió oscuro.
Lentamente, Ikis comenzó a abrir los ojos…”¿Dónde estoy?” – se preguntó mientras se incorporaba
- Veo que ya has despertado, los viajes astrales agotan mucho las primeras veces – dijo un elfo de sangre apoyado en el marco de la puerta- Permíteme presentarme ya que antes no tuvimos tiempo, me llamo Alastor.
Ikis le miró, confusa, empezó a recordar lo que había ocurrido a las afueras del bastión de El Pacto, instantáneamente se levantó de la cama susurrando palabras ilegibles y algo parecido a una burbuja cubrió todo el cuerpo de la sacerdotisa. ¿Quiénes sois, donde y porqué estoy aquí? – gritó la elfa en posición de ataque.
- Eh eh, tranquila que no tengo intención de hacerte daño, puedes relajarte…- Dijo Alastor con una amistosa sonrisa – Ah, si quieres respuestas tendrás que confiar en mi y venir conmigo a la sala común- le hizo un gesto con la cabeza a Ikis dandose la media vuelta y marchandose
La elfa, bastante confusa observó con detenimiento la habitación donde se encontraba y empezó a preguntarse que es lo que podría haber pasado para que el consejo Argenta sospechara que ella era un peligro y por qué habían enviado a un elfo de la noche y a una humana a por ella, pero lo que más le inquietaba eran los tres encapuchados que la habían sacado de allí… Sacudiendo la cabeza, vio que su maza sagrada reposaba en la silla que se encontraba al lado de la cama, sin dudarlo la agarró con fuerzas, rezó una oración y salió con paso firme de la habitación.
Cuando Ikis entró en la habitación común pudo ver a 3 elfos de sangre ataviados con togas que nunca había visto antes, una perfecta mezcla de morado y negro en las togas hizo a la elfa estremecerse ante el poder que emanaban, Alastor la miró a los ojos – Acercate, no tengas miedo – Ikis dudó unos instantes pero algo en su interior hizo que se moviera hacia donde se encontraban.
- Ikis, te presento a Uhter y a Lunai – dijo Alastore señalando hacia los otros dos elfos
- ¿Sois los encapuchados que me sacaron de mi hogar?
- Así es, nosotros te salvamos la vida
- Eso de que me salvasteis la vida es cuestionable, explicadme que está ocurriendo aquí
- ¿Crees estar preparada para conocerlo? Tu vida está a punto de cambiar, para siempre…
- Mira elfito, no tengo toda la eternidad para misterios, además mi Capitana Náyade y mis compañeros deben de estar preguntándose donde estoy, así que date prisa – Exigió Ikis en tono autoritario
Alastore se rascó su pelirroja cabellera a la vez que suspiró, miró con sus ojos verdes-violetas a Ikis – Está bien…Te lo contaré desde el principio…- dijo sentándose en el suelo y haciendo un gesto para que el resto hiciera lo mismo.
Como bien sabrás, al ser sacerdotisa de la luz, las antiguas historias de los sacerdotes cuentan que los sacerdotes, al contrario de los paladines, no servían a la luz sino que ellos mismos se convertían en entes imbuidos en luz convirtiendoles en sanadores por excelencia en las grandes y pequeñas batallas.
Pero quizás lo que no sepas, ya que se ha intentado ocultar durante todo este tiempo, es que algunos sacerdotes al ser demasiado ambiciosos sucumbieron al poder de las sombras manejando ambos poderes a su antojo y fueron perseguidos por las fuerzas Argenta casi con el mismo ímpetu que se puso en contra de la plaga. Todos fueron exterminados para evitar que la gente y el resto de sacerdotes conocieran estos “extraños” casos que les hacían tan poderosos ante cualquiera, o al menos eso creyeron los de la Argenta…Sólo unos pocos pudieron escapar y con el tiempo aprendieron a ocultar los estigmas producidos por su transformación… Pero con el tiempo las fuerzas Argenta se dieron cuenta que no exterminaron a todos los sacerdotes y que sus descendientes adquirían esa habilidad aunque en la mayoría de los casos nunca la desarrollaban al ser algo desconocido para ellos…
Alastore sonrió amablemente a Ikis – Y aquí es donde entras tu…- dijo casi en un susurro – eres una descendiente de esos sacerdotes y el consejo del Alba lo sospecha y por eso mismo han ido a buscarte esta noche-
Ikis tras escuchar la historia completa se quedó pensativa, con la mirada perdida durante unos minutos, en ese tiempo ninguno de los presentes habló.
- No puede ser verdad, no he notado nada extraño y nunca he tenido la ambición de más poder, creo que os habeis equivocado de persona…- dijo finamente un poco aturdida
Lunai posó su mano derecha en la pierna de la elfa, esta pudo ver extrañas marcas de color rojo en su mano – Seguro que has tenido extraños sueños últimamente, visiones que nunca has tenido, voces que te susurran y no te dejan dormir… ¿me equivoco? – dijo Lunai retirando su mano y escondiendola en su túnica
- No…no te equivocas…yo creía que me estaba volviendo loca o que algo malo iba a pasar…nunca me imaginé tal cosa… Y vosotros…¿también sois descendientes?
- Si, lo somos…pero también vamos buscando a gente como tu para protegerles y enseñarles a controlar su “don” – dijo Uhter con una voz angelical
- ¿Y eso es lo que pretendeis hacer conmigo? ¿Enseñarme a desarrollar y a controlar esa habilidad? – preguntó la elfa curiosa
- Así es, pues aunque hayas escapado esta noche, pronto tendrás que ir al consejo Argenta a que te examinen y tendrás que pasar desapercibida – dijo Alastore clavandole la mirada a Ikis – venga, levantate que no tenemos tiempo que perder
Ikis se puso en pié, Alastore la cogió de la mano y la llevó hacia el centro de la gran sala donde la elfa pudo comprobar que había un gran circulo mágico dibujado en el suelo.
Colocate en el centro, vamos a comprobar que realmente eres una descendiente y tienes el potencial – dijo en un susurro Alastore.
Ikis hizo lo que le pidió aquel elfo pelirrojo con ojos verdes-violeta, se colocó en el centro del círculo, a continuación Alastore, Lunai y Uhter se colocaron alrededor del circulo formando un triangulo, levantaron las manos lentamente pronunciando palabras que la elfa nunca antes había escuchado pero que le resultaban familiares, el circulo comenzó a brillar e Ikis empezó a flotar levemente, intentó moverse pero ninguno de sus músculos se movía.
Los rezos de los tres elfos fueron aumentando de volumen a la vez que sus cuerpos iban cambiando de maneras increíbles, alrededor de todos ellos empezó a aparecer un aura oscura, los ojos de Alastore se volvieron totalmente violetas, en el cuerpo de Lunai empezó a aparecer símbolos y palabras ilegibles que empezaban a emanar sangre mientras que en el cuerpo de Uhter se tornaba negro como el carbón… El circulo comenzó a brillar más intensamente, Ikis empezó a sentir nauseas y un terrible dolor en la espalda como si fuera a resquebrajarse su cuerpo, el dolor se hizo tan insoportable que toda se empezó a tornar blanco y perdió la consciencia.
2 Semanas después en el bastión de El Pacto, la mayoría de sus miembros se encontraban en la sala común con pocos ánimos, incluso Sayax había empezado a dejar de comer tantos pastelitos como solía, la ausencia injustificable de Ikis habia hecho mella en cada uno de ellos, no sabían ni siquiera si seguía viva. Sería cerca del atardecer cuando la puerta de la entrada pincipal se abrió de par en par y una delgada figura apareció tras la puerta quedandose quieta, mirando a cada uno de los presentes, temerosa de entrar… Todos miraron hacia la figura en la puerta con la mirada perdida, Tallulah comenzó a oler el olor que traía esa persona pues le resultaba demasiado familiar
- ¿Ikis? – Dijo la no-muerta dubitativa, pues aunque su olfato nunca la engañaba, notaba algo raro
Aquella figura dio unos pasos hacia delante dejandose alumbrar por la luz de la chimenea, miró a cada uno de ellos y bajó la mirada al suelo caminando lentamente hacia el centro de la sala común.
Todos se levantaron y rodearon a la figura, empezaron a zarandearla haciendo miles de preguntas sobre donde había estado, que había ocurrido con su pelo, lo preocupados que estaban todos, etc. La figura cogió a Alëyah de los hombros, la miró fijamente con sus ojos violetas, abrió los labios para decir algo, pero no dijo nada...
De pronto, alguien la cogió de la mano y la arrastró hacia una de las habitaciones cerrando de golpe la puerta, empujó a la figura a la puerta y puso sus brazos sobre ella con cara rabiosa
- ¿!¿!¡SE PUEDE SABER DONDE COJONES HAS ESTADO?!?! Llevamos semanas buscandote, no sabíamos donde estabas, ni una pista ni nada, nos tenias relamente preocupados Ikis
- …lo….lo siento..Näyade, pero no he podido contactar contigo y mi vida ha cambiado en estas dos semanas, no soy la misma…Mira mi pelo, ya no es blanco…y eso no es todo… - dijo Ikis con voz triste
- … ¿a qué te refieres? Explicate – ordenó Náyade
Ikis se abrió de la prisión de los brazos de Náyade y se situó en medio de su despacho, miró de reojo a su capitana – espero que no me deis la espalda capitana – susurró dolorida Ikis, y justo en ese momento sus ojos se tornaron blancos y unas inmesas alas negras fueron creciendo en la espalda de la elfa invadiendo todo el despacho de Náyade.
- Psh.. ¿crees que eso me haria darte la espalda? – maldició Náyade – No conoces nada de mi pasado y sigues a mi lado
Náyade abrazó cariñosamente a Ikis y le susurró al oido que le contara toda la historia.
Varias horas después, la puerta del despacho de Náyade abrió y salieron las dos elfas juntas con la cara seria.
- Por favor, prestadme atención – dijo Náyade en alto- desde este mismo instante Ikis ya no se llamará Ikis luz del alba, en estas semanas le han pasado una serie de acontecimientos que ella misma os lo contará mañana si lo desea, pero a partir de ahora esta sacerdotisa que tenemos a nuestro lado será conocida como Ikis ala negra.
// off rol
Me hubiera molado poner esta historieta cuando pusieran la doble plantilla de talentos...pero como no sé cuando la pondran y como me apetecía poner una historia sobre Ikis, pues aqui la teneis... Espero que no se os haya hecho muy larga ni muy tostón ¬_¬ y gracias por leerlo
“Ikis”- esuchó la elfa como un susurro, asustada se levantó de la cama pero no vió a nadie en la habitación, -debe ser el viento- dijo mirando que se había dejado la ventana abierta, la cerró y se volvió a acostar…
Pasaron como diez minutos, la elfa estaba a punto de quedarse dormida cuando un leve ruido sonó, era como si algo pequeño hubiera golpeado la ventana, ‘click’ volvió a sonar, pasaron unos segundos y volvió a sonar ‘click’, Ikis se levantó de la cama y temerosa se acercó a la ventana para ver que era lo que producía aquel ruido… Cuando estuvo delante de la ventana pudo ver como 3 figuras encapuchadas estaban fuera, y aunque no podía ver sus caras sabía que la estaban mirando, la figura del medio levantó la mano, señaló a la elfa y con un leve movimiento de muñeca una extraña luz azul envolvió la mano del encapuchado, la elfa empezó a sentir mareo y algo que tiraba de ella hacia fuera, cerró los ojos un instante y al abrirlos estaba en frente de los tres encapuchados, sorprendida miró hacia la ventana y allí estaba ella, frente a la ventana flotando en el aire con los ojos en blanco
- Tranquila, no te asustes – Dijo uno de los encapuchados
- ¿Qué pasa? ¿Quiénes sois? ¿Qué quereis de mi? – Dijo Ikis en un tono despectivo
- Hemos venido a ayudarte, confia en nosotros – susurró el encapuchado de la derecha mientras miraba hacia los lados – has de venir con nosotros si quieres seguir viva
- ¿Ayudarme? ¿Contra que? ¿Seguir viva? Exijo una explicación de lo que está ocurriendo, de aquí no me muevo hasta que no recupere mi cuerpo y me conteis qué diablos ocurre – dijo la elfa cruzandose de brazos.
- Ya están demasiado cerca, debemos irnos… Ikis, confía en nosotros
En ese mismo instante, aparecieron dos figuras tras una de las esquinas del bastión – demasiado tarde, ya están aqui…- dijo el encapuchado del medio mientras se colocaba en entre Ikis y las dos nuevas figuras
- Venimos a llevarnos a Ikis luz del Alba en el nombre del consejo Argenta, os recomiendo que no os cruceis en nuestro camino seais quien seais- Dijo la figura más alta
Las dos figuras dieron unos pasos hacia delante dejandose ver ante la tenue luz de la luna, “un elfo de la noche y una humana, y con el estandarte Argenta…¿qué harán aqui?” se preguntó la elfa.
- ¿Por qué os manda el consejo Argenta a por mi? – preguntó la elfa en tono preocupado
- Se te acusa de posible traición, debemos llevarte ante el consejo para que puedan comprobar si existe peligro alguno para nuestra causa – dijo despreocupado el elfo de la noche
- Si quereis llevarosla tendrá que ser por encima de mi cadáver. Lunai, Uhter, coger su cuerpo y llevárosla que yo me encargo de ellos… - dijo el encapuchado que se había puesto delante de la elfa.
En cuestión de segundos Lunai y Uhter se pusieron alrededor de Ikis, dieron una palmada e Ikis comenzó a marearse de nuevo y todo se volvió oscuro.
Lentamente, Ikis comenzó a abrir los ojos…”¿Dónde estoy?” – se preguntó mientras se incorporaba
- Veo que ya has despertado, los viajes astrales agotan mucho las primeras veces – dijo un elfo de sangre apoyado en el marco de la puerta- Permíteme presentarme ya que antes no tuvimos tiempo, me llamo Alastor.
Ikis le miró, confusa, empezó a recordar lo que había ocurrido a las afueras del bastión de El Pacto, instantáneamente se levantó de la cama susurrando palabras ilegibles y algo parecido a una burbuja cubrió todo el cuerpo de la sacerdotisa. ¿Quiénes sois, donde y porqué estoy aquí? – gritó la elfa en posición de ataque.
- Eh eh, tranquila que no tengo intención de hacerte daño, puedes relajarte…- Dijo Alastor con una amistosa sonrisa – Ah, si quieres respuestas tendrás que confiar en mi y venir conmigo a la sala común- le hizo un gesto con la cabeza a Ikis dandose la media vuelta y marchandose
La elfa, bastante confusa observó con detenimiento la habitación donde se encontraba y empezó a preguntarse que es lo que podría haber pasado para que el consejo Argenta sospechara que ella era un peligro y por qué habían enviado a un elfo de la noche y a una humana a por ella, pero lo que más le inquietaba eran los tres encapuchados que la habían sacado de allí… Sacudiendo la cabeza, vio que su maza sagrada reposaba en la silla que se encontraba al lado de la cama, sin dudarlo la agarró con fuerzas, rezó una oración y salió con paso firme de la habitación.
Cuando Ikis entró en la habitación común pudo ver a 3 elfos de sangre ataviados con togas que nunca había visto antes, una perfecta mezcla de morado y negro en las togas hizo a la elfa estremecerse ante el poder que emanaban, Alastor la miró a los ojos – Acercate, no tengas miedo – Ikis dudó unos instantes pero algo en su interior hizo que se moviera hacia donde se encontraban.
- Ikis, te presento a Uhter y a Lunai – dijo Alastore señalando hacia los otros dos elfos
- ¿Sois los encapuchados que me sacaron de mi hogar?
- Así es, nosotros te salvamos la vida
- Eso de que me salvasteis la vida es cuestionable, explicadme que está ocurriendo aquí
- ¿Crees estar preparada para conocerlo? Tu vida está a punto de cambiar, para siempre…
- Mira elfito, no tengo toda la eternidad para misterios, además mi Capitana Náyade y mis compañeros deben de estar preguntándose donde estoy, así que date prisa – Exigió Ikis en tono autoritario
Alastore se rascó su pelirroja cabellera a la vez que suspiró, miró con sus ojos verdes-violetas a Ikis – Está bien…Te lo contaré desde el principio…- dijo sentándose en el suelo y haciendo un gesto para que el resto hiciera lo mismo.
Como bien sabrás, al ser sacerdotisa de la luz, las antiguas historias de los sacerdotes cuentan que los sacerdotes, al contrario de los paladines, no servían a la luz sino que ellos mismos se convertían en entes imbuidos en luz convirtiendoles en sanadores por excelencia en las grandes y pequeñas batallas.
Pero quizás lo que no sepas, ya que se ha intentado ocultar durante todo este tiempo, es que algunos sacerdotes al ser demasiado ambiciosos sucumbieron al poder de las sombras manejando ambos poderes a su antojo y fueron perseguidos por las fuerzas Argenta casi con el mismo ímpetu que se puso en contra de la plaga. Todos fueron exterminados para evitar que la gente y el resto de sacerdotes conocieran estos “extraños” casos que les hacían tan poderosos ante cualquiera, o al menos eso creyeron los de la Argenta…Sólo unos pocos pudieron escapar y con el tiempo aprendieron a ocultar los estigmas producidos por su transformación… Pero con el tiempo las fuerzas Argenta se dieron cuenta que no exterminaron a todos los sacerdotes y que sus descendientes adquirían esa habilidad aunque en la mayoría de los casos nunca la desarrollaban al ser algo desconocido para ellos…
Alastore sonrió amablemente a Ikis – Y aquí es donde entras tu…- dijo casi en un susurro – eres una descendiente de esos sacerdotes y el consejo del Alba lo sospecha y por eso mismo han ido a buscarte esta noche-
Ikis tras escuchar la historia completa se quedó pensativa, con la mirada perdida durante unos minutos, en ese tiempo ninguno de los presentes habló.
- No puede ser verdad, no he notado nada extraño y nunca he tenido la ambición de más poder, creo que os habeis equivocado de persona…- dijo finamente un poco aturdida
Lunai posó su mano derecha en la pierna de la elfa, esta pudo ver extrañas marcas de color rojo en su mano – Seguro que has tenido extraños sueños últimamente, visiones que nunca has tenido, voces que te susurran y no te dejan dormir… ¿me equivoco? – dijo Lunai retirando su mano y escondiendola en su túnica
- No…no te equivocas…yo creía que me estaba volviendo loca o que algo malo iba a pasar…nunca me imaginé tal cosa… Y vosotros…¿también sois descendientes?
- Si, lo somos…pero también vamos buscando a gente como tu para protegerles y enseñarles a controlar su “don” – dijo Uhter con una voz angelical
- ¿Y eso es lo que pretendeis hacer conmigo? ¿Enseñarme a desarrollar y a controlar esa habilidad? – preguntó la elfa curiosa
- Así es, pues aunque hayas escapado esta noche, pronto tendrás que ir al consejo Argenta a que te examinen y tendrás que pasar desapercibida – dijo Alastore clavandole la mirada a Ikis – venga, levantate que no tenemos tiempo que perder
Ikis se puso en pié, Alastore la cogió de la mano y la llevó hacia el centro de la gran sala donde la elfa pudo comprobar que había un gran circulo mágico dibujado en el suelo.
Colocate en el centro, vamos a comprobar que realmente eres una descendiente y tienes el potencial – dijo en un susurro Alastore.
Ikis hizo lo que le pidió aquel elfo pelirrojo con ojos verdes-violeta, se colocó en el centro del círculo, a continuación Alastore, Lunai y Uhter se colocaron alrededor del circulo formando un triangulo, levantaron las manos lentamente pronunciando palabras que la elfa nunca antes había escuchado pero que le resultaban familiares, el circulo comenzó a brillar e Ikis empezó a flotar levemente, intentó moverse pero ninguno de sus músculos se movía.
Los rezos de los tres elfos fueron aumentando de volumen a la vez que sus cuerpos iban cambiando de maneras increíbles, alrededor de todos ellos empezó a aparecer un aura oscura, los ojos de Alastore se volvieron totalmente violetas, en el cuerpo de Lunai empezó a aparecer símbolos y palabras ilegibles que empezaban a emanar sangre mientras que en el cuerpo de Uhter se tornaba negro como el carbón… El circulo comenzó a brillar más intensamente, Ikis empezó a sentir nauseas y un terrible dolor en la espalda como si fuera a resquebrajarse su cuerpo, el dolor se hizo tan insoportable que toda se empezó a tornar blanco y perdió la consciencia.
2 Semanas después en el bastión de El Pacto, la mayoría de sus miembros se encontraban en la sala común con pocos ánimos, incluso Sayax había empezado a dejar de comer tantos pastelitos como solía, la ausencia injustificable de Ikis habia hecho mella en cada uno de ellos, no sabían ni siquiera si seguía viva. Sería cerca del atardecer cuando la puerta de la entrada pincipal se abrió de par en par y una delgada figura apareció tras la puerta quedandose quieta, mirando a cada uno de los presentes, temerosa de entrar… Todos miraron hacia la figura en la puerta con la mirada perdida, Tallulah comenzó a oler el olor que traía esa persona pues le resultaba demasiado familiar
- ¿Ikis? – Dijo la no-muerta dubitativa, pues aunque su olfato nunca la engañaba, notaba algo raro
Aquella figura dio unos pasos hacia delante dejandose alumbrar por la luz de la chimenea, miró a cada uno de ellos y bajó la mirada al suelo caminando lentamente hacia el centro de la sala común.
Todos se levantaron y rodearon a la figura, empezaron a zarandearla haciendo miles de preguntas sobre donde había estado, que había ocurrido con su pelo, lo preocupados que estaban todos, etc. La figura cogió a Alëyah de los hombros, la miró fijamente con sus ojos violetas, abrió los labios para decir algo, pero no dijo nada...
De pronto, alguien la cogió de la mano y la arrastró hacia una de las habitaciones cerrando de golpe la puerta, empujó a la figura a la puerta y puso sus brazos sobre ella con cara rabiosa
- ¿!¿!¡SE PUEDE SABER DONDE COJONES HAS ESTADO?!?! Llevamos semanas buscandote, no sabíamos donde estabas, ni una pista ni nada, nos tenias relamente preocupados Ikis
- …lo….lo siento..Näyade, pero no he podido contactar contigo y mi vida ha cambiado en estas dos semanas, no soy la misma…Mira mi pelo, ya no es blanco…y eso no es todo… - dijo Ikis con voz triste
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- Psh.. ¿crees que eso me haria darte la espalda? – maldició Náyade – No conoces nada de mi pasado y sigues a mi lado
Náyade abrazó cariñosamente a Ikis y le susurró al oido que le contara toda la historia.
Varias horas después, la puerta del despacho de Náyade abrió y salieron las dos elfas juntas con la cara seria.
- Por favor, prestadme atención – dijo Náyade en alto- desde este mismo instante Ikis ya no se llamará Ikis luz del alba, en estas semanas le han pasado una serie de acontecimientos que ella misma os lo contará mañana si lo desea, pero a partir de ahora esta sacerdotisa que tenemos a nuestro lado será conocida como Ikis ala negra.
// off rol
Me hubiera molado poner esta historieta cuando pusieran la doble plantilla de talentos...pero como no sé cuando la pondran y como me apetecía poner una historia sobre Ikis, pues aqui la teneis... Espero que no se os haya hecho muy larga ni muy tostón ¬_¬ y gracias por leerlo
Nyassa- Embajador
- Cantidad de envíos : 1267
Edad : 40
Localización : Madrid
Fecha de inscripción : 18/01/2009
Re: El cambio de Ikis
Como molaaaaaaaaaaa, ta mu chula meloncín!! no se me ha hecho ningún tostón ni largaa, al contrario... quiero máaaas, siguee escribiéndonos!
Sayax- Maestro de Lore
- Cantidad de envíos : 1625
Edad : 34
Localización : Madrid
Fecha de inscripción : 18/01/2009
Re: El cambio de Ikis
Muy chula. Veo que incluso te has buscado un avatar para la ocasión
Askel'iet- Soy MUY Cansino
- Cantidad de envíos : 780
Edad : 41
Localización : Madrid
Fecha de inscripción : 19/01/2009
Re: El cambio de Ikis
Bueno, al fin me decidí a leerla ^^ ( Qué malo es aburrirse en el curro xDDD)
Esta muy chula, Ikis Ala Negra
pero yo tambien quiero tener podereeeeess.. cuando vendra a por mi los 3 encapuchados misteriosos amijo?!! xDD
Jaja, bueno enserio admiro vuestra imaginación ^^, ojala se me diera tan bien inventar ese tipo de historias.
Esta muy chula, Ikis Ala Negra
pero yo tambien quiero tener podereeeeess.. cuando vendra a por mi los 3 encapuchados misteriosos amijo?!! xDD
Jaja, bueno enserio admiro vuestra imaginación ^^, ojala se me diera tan bien inventar ese tipo de historias.
Alëyah- Soy MUY Cansino
- Cantidad de envíos : 756
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Fecha de inscripción : 18/01/2009
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