Yaitha

Cuenta la historia que hace mucho tiempo en un lugar muy lejano dos niños jugaban en una vieja casa abandonada justo a las afueras de su ciudad.

- Jijiji ¡Dryan ha dicho mamá que nunca me hicieras tantas cosquillas, acabaré devolviendo! ¿Me oyes? Jajaja. Para!!!
- Tengo hambre Luna, has traído algo de merienda?
- No pero si quieres podemos acercarnos a la pastelería del pueblo, seguro que el señor Lean nos regala unos bollitos dulces.
- Pero eso está muy lejos.
- Bah, no seas vago, vamos!
- Te esperaré aquí hermanita.
- ¿Por qué?
- Porque paso de ver al hijo del señor Lean…
- Ains… de acuerdo, no tardaré ¿vale?
- Vaale!!

Luna al no ser acompañada por su hermano mayor se dirigió a la pastelería a toda prisa, tanto que tropezaba sin desearlo varias veces con los escalones del pueblo y justo al volver la esquina… < Zaaaas >

- Ouch… que coscorrón…
- Jaja Estás bien?
- Ah…h…hola…

Luna había tropezado con el hijo del pastelero, el joven Ysdrael.

- Lo tienes rojo, ¿quieres hielo?
Esta algo sonrojada debido a que a sus ojos el joven era el más hermoso del pueblo negó como pudo con la cabeza e intento hablar.

- Y-yo venía a por unos bollitos.
- Ah bueno, pues te acompaño.
- Va-le.
- Y dime, ¿de dónde venias con tanta prisa?
- Es que… mi…
- Papá una bolsa de pasteles de chocolate – gritó el joven sin dejarla terminar la frase-
- ¡Cógelos tu hijo!, estoy con el fuego –respondió asomándose por la puerta de la cocina-
- Oh, sí es la señorita Luna! Como están vuestros padres hija?
- Bien, bien, gracias.
- Cuanto es padre?
- Invita la casa.

Después los dos chicos salieron juntos de la pastelería y comenzaron a andar sin rumbo por la ciudad mientras comían algún que otro pastel, aunque no muchos porque no paraban de darse conversación.

- Bueno, si quieres te acompaño a tu casa… se está haciendo de noche.
- Dioses!!! Mi hermano!!
- ¿Qué? ¿Qué ocurre Luna?
- Vine a por los pasteles para los dos!, le dije que ahora venia!, está solo en la casa del granjero!
- En esa casa solo de noche? Con todas las historias que rumorean…
- He de irme!! – Luna salió corriendo muy asustada pues se estaba adentrando la noche y la casa donde le esperaba su hermano de noche no era muy acogedora y menos con las leyendas que la mantenían en pie e Ysdrael salió corriendo detrás de ella-

Al aproximarse a la casa frenaron de golpe los dos no parecía haber nadie dentro de esta, estaba todo a oscuras, ni siquiera una vela estaría iluminando el interior de la casa.

- Lo mismo vio que tardabas y se fue a casa –comentó el chico-
- No, vamos dentro…

Se aproximaron con miedo a las puertas de esta, al subir unos escalones el crujir de la madera les hizo frenar de nuevo y mirarse el uno al otro. Luna llevó su mano temblando al manillar de la puerta e Ysdrael al verla puso su mano sobre la suya y la ayudó a abrir la puerta.
Al abrirla no vieron más que oscuridad, entraron en la casa palpando las paredes hasta llegar a una de las mesas donde Luna sabía que había una vela y al encenderla apreciaron como el hermano yacía muerto en el suelo rodeado de unas flores con un color muy oscuro pero un olor muy dulce, las reconocidas flores Yaithas o más conocidas como flores de la muerte, difíciles de encontrar. Dicen que el grito de la elfa llegó hasta el pueblo y desde entonces todas las noches se escucha aquel grito de terror en la casa…

Varios años más tarde una boda se celebraba en el pueblo. Ysdrael y Luna contrajeron matrimonio, unos decían que hacían buena pareja, otros que eran una pareja muy extraña.
Y de su unión nació una pequeña elfa morena de piel y unos ojos verdes claros que acompañaban su pelo moreno, la llamaron Yaitha.

Años más tarde...

- Gracias, no le defraudaré.
- Eso espero... ahora, ya sabes que hacer. Y no vuelvas a no ser que necesites algo o ya hayas cumplido tu cometido.
- Si general, no se preocupe. Adiós.

Unas horas después unos ojos felinos aparecian en el oscuro salón de Non Serviam y se dirigian hasta una habitación vacia.

Ya estoy dentro, aquel hombre cumplió lo prometido, no debes preocuparte. Me ha entregado un tabardo y ha solucionado todos los papeles requeridos para la unión a dicho clan. Pasaré desapercibida, espero que tú estés bien.
Ahora solo queda cumplir mi palabra, haré amistades y…

Te quiere Yaitha.

Al día siguiente el picoteo de un pájaro contra la ventana da los buenos días a Yaitha.

- Uaaaa - bosteza estirándose en la cama - Buenos días pequeñín!

Pasado un rato mientras tararea una canción Yaitha decide levantarse y cambiar su bonito pijama morado por un ropaje viejo y desgastado que disimularía con el tabardo negro.

- Tan tin tin lala oooo… - canta mientras peina su cabello moreno frente a un espejo – Bueno pues ya está! Lista para comenzar un nuevo día… (Pronto regresaré contigo) – pensó y una sonrisa se dibujo en su joven cara –

Cuando se dirigía a la puerta escuchó un gran alboroto, algo pasaba ahí fuera y ella no sabía si sería buena idea salir con mucha gente de golpe o irles conociendo poco a poco…

- Qué demonios ocurre ahí fuera… -susurró mientras pegaba su orejita puntiaguda a la puerta - Dioses… no entiendo nada…

Esta abrió despacio la puerta y se asomó con cuidado, el salón estaba repleto de gente y la figura a espaldas de un hombre encima de una mesa sobresaltaba sobre la multitud. De repente esa figura se giró y descubrió a Yaitha con la puerta entornada.

- Tu también, acércate – comentó aquel hombre, quien para todos era conocido menos para ella –

Yaitha asintió y se acercó tímidamente ya que mucha de aquella gente, todos miembros de Non Serviam la miraban y algunos cuchicheaban a la vez preguntándose quién seria.

- Bueno, os informo para quienes no lo sepáis o más bien para aquellos que no se hayan enterado que la capitana Nayade ha salido unos días para atender unos asuntos… Así que… fiesta!! – comenzó a reír y los demás también rieron –
No, ya en serio… tal como hablamos la supliré yo mientras ella está ausente. Supongo que la gran mayoría ya me conocéis, excepto los nuevos. – dirigió la mirada hacia Yaitha y la sonrió-
Mi nombre es Sayax y estaré por aquí estos días para todo lo que necesitéis… Y bueno nada más, os dejo que continuéis, pasad buen día!

Sayax al acabar de hablar saltó de la mesa y pasando entre la gente se dirigió hacia Yaitha quien hablaba con Askeliet alejados de todo el jaleo.

- Buenos días Aske! – sonrió a este y miró a los ojos de la elfa quien le quitó la mirada –
- Hola viejo. ¿A qué se debe tu vuelta?, ¿tu no habías perdido la cordura?
- Aún no he conocido elfa que haya logrado tal Aske – sonrió de nuevo pero rápidamente la nueva sonrisa desapareció de sus labios –
- Bueno, dime, de que quieres hablar?
- No es contigo con quien quiero hablar –miró a la elfa-
- Ah bueno, os presentaré. Sayax esta es Yaitha, Yaitha este es Sayax, yo que tu tendría cuidado está un poco … - reía mientras hacía entender con gestos que está loco-
- Encantada – añadió Yaitha tímidamente mirándole-
- Lo mismo digo, ¿Cuándo entraste?
- Ayer – contestó Askeliet rápidamente –
- Ahá … bueno pues cuando puedas pásate por el despacho de Nayade y rellenamos juntos tu admisión.
- Ya la hizo – volvió a contestar Askeliet pero esta vez sonrió añadiendo- Era alguien muy esperado… Nayade está informada de todo esto, ya te lo contará.
- Vale, entonces ya nos veremos por aquí Yaitha, bienvenida y cuídate.
Y tu Ask… sigue vigilando... [i]–se calla y le mira seriamente -[/i]… tu escudo, algún día te lo robaré y lo empeñaré – sonrió falsamente y se dirigió hacia el despacho pasando de nuevo entre la gente-

Al salir de aquel grupo de miembros Sayax vio a Aliena e Itachi y se acercó a ellos.

- Chicos, venid al despacho de Nayade, quiero comentaros una cosa, traed a Ikis.
Estos asintieron y Sayax entró al despacho de Nayade pensativo a la espera de sus compañeros.

Tal como Sayax nos pidió, fui en busca de la ligera de Ikis .
- Itachi adelantate, yo ire a por Ikis...- Le grite de lejos ya en la busca de la sacerdotisa.

"En qué estará pensando ahora este Sayax..." pensaba mientras andaba por los pasillos del bastión.

TOC, TOC, TOC.

- Adelante- Habló desde dentro la elfa.
- Hola Ikis, soy yo.
- Ah , hola Aliena , ¿qué pasa?- preguntó.
- Sayax me pidió que te buscara...
- ¿Sayax?¿ Qué quiere?¿Ocurre algo?
- Ni idea, esta muy misterioso, nos ha llamado a Itachi, a ti y a mi.
- Oh vaya... entonces será mejor que vayamos.

Cuando llegaron Itachi se encontraba pegado a la pared esperando a las dos elfas para entrar al despacho de Nayade . Tocaron y a la puerta y entraron cuando este les dio permiso.

No sabía de que iba esto, pero algo raro había en este asunto...

Al cabo de un rato estos aparecen a las puertas del despacho extrañados y alguno un poco cabreado.

- Sayax, que Nayade te dijese que ocuparas su lugar mientras no estuviera no significa que nos reúnas! Se te está subiendo a la cabeza –dijo Ikis muy seriamente-

Sayax sin mediar palabra echó sobre la mesa las últimas altas una por una y fue nombrándolas:

- Aleria, Gruphus, Brain, Tery, Nyteblade, Calipzo y Jordu… Algunos me rellenaron esto ayer… pero falta alguien.
- ¿Sayax que nos quieres decir? –pregunto Aliena sin saber que les quería decir el pícaro-
- Sí tío, habla claro… ¿Quién falta?
- Antes en la reunión, visteis a la paladina esa morena no? Que miraba desde la puerta de unos aposentos…
- Sí, la belleza a la que mirabas todo el rato e incluso guiñaste un ojo no?

Aliena pisó intencionadamente a Itachi por piropear a esta y al ver la cara de la cazadora no hubo palabras ninguna, Itachi continuó mirando a Sayax.

- A ver… Después de todo lo que os dije a todos me acerqué a ella y… estaba con Askeliet… la verdad es que no me huele bien, no la dejaba contestar a mis preguntas y contestaba el
- Pero Sayax, esto es estúpido ¿te das cuenta?... seguro que has perdido la carpeta de esa chica! –contestó Ikis indignada-
- No hay carpeta, Aske dijo que era un fichaje que esperabais mucho, que Nayade estaba al tanto y no hacía falta carpeta.
- Eso es imposible, hasta Nayade Lamarie tiene su carpeta, todos tienen que estar registrados en los archivos… Además es Askeliet, Sayax !!!-añadió Ikis mirando todo de otra manera-
- Es decir, que Askeliet ha metido a esa dentro y no sabemos para qué ¿no?
- Correcto.
- ¿Y qué hacemos Sayax? –preguntó Aliena-
- Bueno, tengo un plan… los cazadores seguiréis a la nueva, primero a distancia, y cuando se disponga a entrar de nuevo al bastión haceros pasar por sus amiguitos…
Ikis, tú tienes un trabajo de los tuyos –sonríe-. Tu trabajo es ocuparte de Askeliet, obsérvale y si le puedes invitar a que beba barriles y barriles de cerveza…

Ikis miró con rabia a Sayax y no le contestó, Aliena e Itachi asentían con la cabeza y parecían listos para partir.

- Yo escribiré a Nayade, aunque no sé donde…preguntare primero por los bares a ver si alguien lo sabe… Venga, marchad! No podemos perder el tiempo!. Oye Ikis, tú si quieres también tienes la opción de quedarte conmigo eh? –ríe-