¿Dónde...?

¿Dónde está ese maldito elfo?

¿Dónde está aquel que hacía llamar Rëmus, el Campeón Argenta?

En el momento de la batalla, cuando comienza el ataque en el cual no sólo se perderían amigos y compañeros de batalla, Rëmus haciendo gala de sus mejores placas, de las cuales nunca se desprende y de una actitud completamente chulesca jugando con sus nuevas hachas.

" Soy de los pocos que se atreve a cargar el primero, no sólo sin escudo, si no, con dos hachas para que el olor de mis victimas me salpique desde bien cerca ".


Todo se alborota en el peor momento de la batalla, sangre, caídos y victimas de la población rodean a Rëmus, ni sus placas ni sus hachas pueden evitar semejante desastre, el ataque estaba siendo por todo lo alto.

" Estos malditos cerdos nos están haciendo polvo "

En aquel momento el dichoso elfo empieza a ser consciente de que la situación es más que desastrosa, se siente débil.

" ¿Qué es esta sensación, este frío? "

Rëmus con sus placas bañadas en sangre y con su nueva sensación recorriendole la espalda como un disparo, seguía luchando, a pesar de que las líneas defensivas cada vez eran menores, junto a sacerdotes y chamanes que no dan a basto empieza a reconocer la sensación, está malherido, las curas eran insuficiente y está desfalleciendo, las hachas no impactan contra nada, pesan demasiado, las placas, rajadas ni el mejor herrero de la ciudad podría repararlas.

Rëmus, el Campeón Argenta ha caído.


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" Elfo, despierta ".

Una voz rota se repite una y otra vez en la cabeza. Al abrir los ojos, la imagen es complentamente desoladora camas y camas llenas de cuerpos masacrados y de infinidad de mantas recubriendo otras camas donde perecen los caídos.

" Has tenido suerte " - Voz ronca

¿Suerte? pensaba Rëmus, he caído, tengo el cuerpo destrozado y no se donde estoy.

" Te preguntarás donde estás " - Voz ronca

Si y no, me da igual el lugar y también el tiempo que lleve inconsciente es esta cama oxidada no soy nadie, he caído pensaba recostado.

" Veo que te da igual, Campeón " - Voz ronca

¿Me conoce? como va a conocerme si ni tan siquiera sé quien soy yo, no soy más que un despojo aquí tirado junto a tullidos, abrazado entre lágrimas y gritos de los que están a punto de morir.

" Te equivocaste de camino y lo sabes, ahora, que piensas hacer joven elfo, ¿vas a quedarte a ver morir a esta gente, o vas a hacer algo para evitar que esto vuelva a ocurrir? Recuerda mis palabras joven: Que la luz guíe tu camino " - Voz ronca

Es posible que este ¿ médico ? tenga razón, ¿ todo esto no ha sido más que un error? ¿ y todos aquellos que estuvieron a mi lado ? ¿ Debo seguir el camino de la luz ?

Tan sólo yo puedo conocer la respuesta pensaba Rëmus bajo la atenta mirada de aquella de voz mientras se ponía de pie no sin un gran esfuerzo.

" Ten, coge estas prendas, baja las escaleras para abandonar este infierno y sigue tu camino, aunque te recomiendo que te dirijas a la plaza que hay más adelante, es tú lugar Campeón"

Sin decir ni palabra, con una mirada agradecía la ayuda que estaba recibiendo encaminó su paso hacia la plaza, sentía curiosidad.
La plaza, estaba cerca enseguida se topó con ella, nada más que una esquina le separaba de su nuevo futuro. Llega el momento, Rëmus coge la esquina y de repente...

...esta lleno de... luz, todo tiene un tono muy luminoso, son paladines... ¿este es mi lugar? ¿esté es el camino que debo seguir ?

Un Paladín se acerca a Rëmus con la mirada fija, se acercaba con sus mejores galas, sus placas son poderosas, impresionan a cualquiera, incluso el enemigo correría tan solo al ver semejante poder. El paladín se planta delante, alza las manos hacía el yelmo del cual se desprende y postrando una rodilla en el suelo:

" Bienvenido Campeón, te estabamos esperando " - Paladín