Origenes I
3 participantes
Página 1 de 1.
Origenes I
Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo...
-Athael ¿porque este infortunio a nosotros?, ¿acaso no hemos rezado a los Dioses todos los días?
-Cariño, no es una desgracia, tienes tres hijos sanos y un marido que te ama…
-¿Crees que no poderlos juntar nunca no es una desgracia?
El paladín ladeó la cabeza mirando a su esposa, no compartía la misma opinión.
-En estos tiempos de guerra muchos querrían tener la maldición con tal de poder vivir y ver crecer a sus hijos aunque sea por separado.
La bella elfa morena asintió con pesar pues a sabiendas de que su marido tenía toda la razón de el mundo ella no podía imaginarse que dos de los tres hermanos no pudieran estar juntos, no solo la infancia, sino en toda su vida….
-¿Y qué haremos Athael?, ¿compraremos otra casa para tenerles separados?, ¿y cuando deba alimentarlos?... –preguntaba con agonía-
-He pensado en mi hermana, ella no tiene ningún hijo y lo trataría como a uno propio.
-¡¿Piensas que le de uno de mis hijos a otra mujer?!
-Es tu cuñada cariño… lo tratará muy bien, tal y como lleva haciendo desde entonces y les visitaremos a diario, tenemos que asumir la situación.
Varios años después…
-Saayaax llama a tu padre, dile que ya está la comida –gritaba una elfa de tez pálida con una toga azulada que hacia resaltar su brillante cabello sobre los hombros-
Un niño de corta edad, delgado y moreno bajaba por las escaleras de la pequeña casa saltando los escalones de par en par.
-Mamá estaba jugando con la ardilla mecánica!!.
-Ya, pero hay que comer Sayax, no rechistes y avisa a tu padre…
-Jo, no es justo, siempre igual !!!…Papáa, paapáa… ya está el estofaaado!!! Mamá dice que vengas!
-Dila que ya voy Sayax, ayúdala a poner la mesa –contestó un hombre castaño y bastante alto con una toga roja y blanca-
-Pero yo quiero ayudarte a ti papi, déjame por favor… -dijo acercándose a él-
-No Sayax , ya has oído, ayuda a tu madre
- ¿Por qué nunca me dejas que te ayude con los entrenamientos?, quiero aprender a rezar como tu papa, enséñame...
-Sayax Lélizhar te lo repetiré por última vez ¿de acuerdo?. Aún no debes buscar tu camino a seguir, eres joven, ahora disfruta de tu infancia y… ¡ayuda a tu madre a servir la mesa!
El pequeño elfo agachó la cabeza, siempre veía a su padre entrenar desde el ventanal de su habitación, observaba cada movimiento que hacía con las manos, lo único que desconocía era las palabras que susurraba. El quería seguir el camino de su padre, le parecía más divertido que jugar con una simple ardilla de metal.
Después de comer…
-Sayax tendrás que tener recogida tu habitación para esta tarde que vendrán tus tíos…
-¿Cuándo conoceré a mi primo?, ¿es de mi edad verdad?
- Hoy sólo vendrá…–afirmaba la madre llevándose los platos al fregadero pero antes de acabar la frase el pequeño Sayax la cortó-
-Siempre igual…quiero conocer a mi primo ¿Por qué nunca viene?
-Está ocupado, sabes que estudia mucho, te lo dijeron tus tíos, algo que también deberías hacer tú –contestó el padre tajante mientras se limpiaba las manos-
El niño envuelto en una de sus rabietas se levantó de la mesa y subió corriendo a su habitación la cual cerró de un portazo. Se tumbó en la cama y comenzó a pensar en sus padres… tan furioso que sus ojos comenzaron a tornarse rojos, algo verdaderamente extraño pues perdían el brillo que los hacía infantiles y comenzaba un rojo intenso que podría definirse como verdadera ira.
Al atardecer…
-Míralos, ya llegan! – dijo la mujer asomada en una de las ventanas de la casa-
-Bien, iré a ver si Sayax está listo y le diré que baje…
<Toc Toc>
-¿Se puede pequeño?
-Ya salgo… -contestó una voz infantil con tono de enfado-
El Sacerdote entró en la habitación sin el permiso del niño ya que no esperaba encontrarse nada fuera de lo normal. Algo que más tarde rectificó ya que encontró al pequeño jugando con cuchillos de cocina.
-Sa…Sayax… Suelta eso cariño –añadió el padre preocupado-
-Solo estoy jugando papi… no me regañes ¿vale? –dijo lanzándose los dos chuchillos a la mano izquierda con agilidad y acercándoselos al padre- toma papá
El sacerdote cogió los cuchillos y abrazó al pequeño que se encontraba sentado sobre la cama.
-Han llegado tus tíos y tu primo, será mejor que bajemos. ¿Estás bien, verdad?
-Sí, claro, vamos papá
El niño dio una voltereta y saltó bajando de la cama, abrió la puerta de la habitación tendiéndole la mano a su padre, quien con cara de asombro la agarró y se dispuso a bajar al salón donde ya se escuchaban saludos cordiales y risas. Al llegar padre e hijo al salón se encontraron con la mirada del resto.
-Mi pequeño Sayax tan guapo como… -se detiene y lo mira-…siempre, dale un abrazo a tía cariño –le miraba con anhelo, no exactamente como una tía a un sobrino-
-Tíos, os echaba de menos! –corrió a abrazar a estos quienes siempre le traían un presente-
Mientras el niño abrazaba a sus verdaderos padres un pequeño pelirrojo salió de detrás de estos con una sonrisa encantadora.
-Ephran!! –gritó abrazándole ahora a él, haciéndose notar el cariño que se tienen-
-Te he traído un regalo primo, para que juguemos los dos –dijo tendiéndole un paquete-
-Uooh! ¿Qué será está vez? –reía mientras tiraba de los lazos y con ansia rompía el bonito papel que lo envolvía- Mira mamá, papá! Es un equipo de ingeniería para niños!
-Así es… ya que tus…padres –habla con dificultad- nos dijeron que te encantaba montar y desmontar aquella ardilla mecánica que te cree… decidí regalarte eso para ver que eres capaz de construir Say…digo Sayax.
El niño sonreía muchísimo , ya tenía algo con lo que entretenerse y que mejor que intentar crear algo como hizo su padre o para los ojos de él, su tío.
Así pasaron toda la tarde, mientras las mujeres se contaban las nuevas de cada pueblo y ellos comentaban la carrera goblin del día anterior los niños jugaban en la habitación de Sayax con el equipo de ingeniería.
-Ephran, ¿Por qué estudia tanto tu hermano?
-No estudia, se entrena
- A mi me han dicho que se pasa todo el día estudiando en su habitación unos libros muy grandes…
-No es cierto –respondió breve y rápido el pequeño pelirrojo- se parece a ti… y se llama como tú pero le llamamos Say sólo.
La información inocente de su primo hizo que la vida de Sayax se detuviese por un momento, ¿se llamaba como él?, ¿era como él?. No podía dar crédito a lo que había escuchado pero no desconfiaría nunca de la palabra de su primo o hermano a la vista de otros…
Muchos años más tarde los padres de Ephran murieron, los verdaderos padres de Sayax. Los que ahora no eran tan chicos sabían que no podrían acudir a su única familia, a sus tíos pues no podían acercarse a Sayax quien vivía con ellos…
-Hermano que haremos?-miraba lloroso a su hermano quien caminaba sin mirar atrás-
-Buscaremos a Dargos, el amigo de papá, le pediremos ayuda –dijo parándose y tendiendo amable una mano a su hermano quien no dudó en cogerla- No podemos ir con los tíos Ephran, al menos yo no, tú si quieres hazlo. Conoces lo que hizo aquel hechicero… si me acerco moriremos los dos.
-Lo sé Say… -asentía mirando las expresiones de uno de sus hermanos gemelos- quiero estar siempre contigo.
-Prometo cuidarte muchísimo, no dejaré que te hagan daño, te protegeré como sea.
Y así fueron los comienzos de la historia de los tres hermanos… Cuando eran casi bebés y Ephran no había nacido aún los dos gemelos jugaban en el salón de la casa, apenas tenían conciencia propia pues eran demasiado pequeños. Una noche la Alianza atacó el pueblo en el que residían, arrasando todo lo que se les interponía en el camino, la familia Lélizhar se escondió en una de las habitaciones de la casa… escucharon como abrían las puertas de esta sonando un gran golpe y podían escuchar los pasos del subir de las escaleras. Athael agarró su espada y se colocó tras la puerta con la intención de decapitar a quien intentase entrar fuese con las intenciones que fuese no dejaría que aquella noche nadie se acercase a su familia. Al abrirse la puerta un humano de piel blanca seguido de un diablo entró en la habitación, ambos miraron a la joven elfa que abrazaba protectora a sus pequeños.
Cuando el brujo levantó la varita Athael le atravesó sin dudarlo con su pesada espada. La vara cayó de las manos del humano, Athael acababa de salvar a su familia pero tan solo de una muerte segura, antes de fallecer el brujo pronunció unas palabras ininteligibles… que ambos padres no dieron gran importancia hasta más tarde.
Todo parecía haberse calmado minutos después.. había sido un ataque rápido, tal vez organizado. Antes de que salieran de la habitación alguien llegó jadeante ante ellos.
-Por A’dal… estás loco cuñado? Poco más y te atravieso a ti también –dijo echando una última mirada al humano fallecido-
-Perdonad, no sabía si os habría pasado algo, ¿estáis todos bien?
Ambos padres asintieron y rápido miraron a sus pequeños gemelos que empezaban a llorar desesperadamente.
-Athael, que les ocurre? Nunca han sido así…no suelen llorar… -comentó la madre de estos-
-Será el ruido de todo esto cariño…
El familiar sacerdote se acercó a ellos, quería comprobar que no habían sufrido ningún daño. De repente el grito de los gemelos comenzó a ser más insoportable, el tío de los niños los revisaba muy extrañado y rápidamente reaccionó diciendo: “separadles!!!”. Los padres no entendieron que quería decir así que el reaccionó cogiendo a uno de ellos y comenzó a correr alejándose de la casa, le llevaría a la suya… tan solo era un principiante, no había tenido en sus manos a nadie que poseyera una maldición, no hasta ese día, solo había estudiado acerca de ellas.. .A partir de ese día los hermanos vivirían separados eternamente.
Muchísimo tiempo más adelante, exactamente algún mes después de la desaparición de la futura mujer de Say…
-Señor, ha llegado un paquete para usted –dijo una elfa con una bonita vestimenta negra y un delantal blanco dejando el paquete en la mesa- el mensajero dice esperar abajo.
-Gracias, puedes retirarte… -añadió dándose la vuelta y comenzó a leer el paquete-
“A la atención de Sayax Lélizhar Tanith, Mansión de Ravenholdt”
El pícaro lo abrió sin dudar, con una bella sonrisa… dentro encontró un pequeño una carta y cuaderno, primero se dispuso a leer la carta ya que se encontraba encima de lo que más tarde deducía, un diario.
Querido Sayax, esta es la primera vez que me comunico contigo, nunca supe cómo hacerlo aun a sabiendas de donde te encontrabas gracias a Ephran que el sí pudo acercarse a ti.
Me encantaría comprobar por mi mismo si son ciertas las palabras de la gente…si en realidad somos iguales, aunque estoy seguro de que nos encontraríamos distintos.
No escribo para ahogar mi actual melancolía, te necesito Sayax. Aquí te adjunto mi diario, el día a día de mi vida, luego entenderás porque te necesito.
Sayax cerró la carta al leer, estaba emocionado al saber de su hermano gemelo, del que siempre quiso saber, ver, abrazar y hablar…Así que continuó y comenzó a leer hoja por hoja el diario de su hermano, a veces rompía a reír y otras muchas intentaba mantener las lágrimas en sus ojos. Cuando llegó a la última página ya podía hacerse una idea de lo que podría querer su hermano.
Quiero empezar una nueva vida Sayax, lo he perdido todo y el resto lo he abandonado. He dejado mi casa, mi moto, todas mis pertenencias, mis compañeros de casa, mis compañeros de bastión.
Ahora seguiré el camino que siempre quise seguir pero necesito alejarme de todo lo que me queda actualmente y no quiero que nadie más aparte de ti y Nayade lo sepan, sé que tal vez no te agrade la idea de comenzar a vivir una vida que hasta ahora no era la tuya.
Prometo que no tendrás muchas tareas para que también puedas continuar con tu propia vida. Ellos no se darán cuenta del cambio, me verán como un simple compañero que ha enloquecido con la perdida de la mujer que más ha amado en toda su vida y a la única que amará.
Puedes hacer con mi vida lo que desees, todo lo que tenia ahora te pertenece, continuaré pagando yo la casa, lo único que quiero es que nos escribamos, cada cinco días te enviaré un goblin con una carta mía, se quedará en la mansión hasta que le des una contestación y él me la traerá.
Espero tu respuesta.
Siempre te quiso, tu hermano.
Say Lélizhar Tanith
Al leer esto el pícaro no dudó en aceptarlo, haría lo que fuera por su hermano gemelo, aunque no le conociese algo le unía a él.
Así que se dispuso a contestarle y entregó su respuesta al goblin, el encargado de hacer llegar la misiva de vuelta.
-Athael ¿porque este infortunio a nosotros?, ¿acaso no hemos rezado a los Dioses todos los días?
-Cariño, no es una desgracia, tienes tres hijos sanos y un marido que te ama…
-¿Crees que no poderlos juntar nunca no es una desgracia?
El paladín ladeó la cabeza mirando a su esposa, no compartía la misma opinión.
-En estos tiempos de guerra muchos querrían tener la maldición con tal de poder vivir y ver crecer a sus hijos aunque sea por separado.
La bella elfa morena asintió con pesar pues a sabiendas de que su marido tenía toda la razón de el mundo ella no podía imaginarse que dos de los tres hermanos no pudieran estar juntos, no solo la infancia, sino en toda su vida….
-¿Y qué haremos Athael?, ¿compraremos otra casa para tenerles separados?, ¿y cuando deba alimentarlos?... –preguntaba con agonía-
-He pensado en mi hermana, ella no tiene ningún hijo y lo trataría como a uno propio.
-¡¿Piensas que le de uno de mis hijos a otra mujer?!
-Es tu cuñada cariño… lo tratará muy bien, tal y como lleva haciendo desde entonces y les visitaremos a diario, tenemos que asumir la situación.
Varios años después…
-Saayaax llama a tu padre, dile que ya está la comida –gritaba una elfa de tez pálida con una toga azulada que hacia resaltar su brillante cabello sobre los hombros-
Un niño de corta edad, delgado y moreno bajaba por las escaleras de la pequeña casa saltando los escalones de par en par.
-Mamá estaba jugando con la ardilla mecánica!!.
-Ya, pero hay que comer Sayax, no rechistes y avisa a tu padre…
-Jo, no es justo, siempre igual !!!…Papáa, paapáa… ya está el estofaaado!!! Mamá dice que vengas!
-Dila que ya voy Sayax, ayúdala a poner la mesa –contestó un hombre castaño y bastante alto con una toga roja y blanca-
-Pero yo quiero ayudarte a ti papi, déjame por favor… -dijo acercándose a él-
-No Sayax , ya has oído, ayuda a tu madre
- ¿Por qué nunca me dejas que te ayude con los entrenamientos?, quiero aprender a rezar como tu papa, enséñame...
-Sayax Lélizhar te lo repetiré por última vez ¿de acuerdo?. Aún no debes buscar tu camino a seguir, eres joven, ahora disfruta de tu infancia y… ¡ayuda a tu madre a servir la mesa!
El pequeño elfo agachó la cabeza, siempre veía a su padre entrenar desde el ventanal de su habitación, observaba cada movimiento que hacía con las manos, lo único que desconocía era las palabras que susurraba. El quería seguir el camino de su padre, le parecía más divertido que jugar con una simple ardilla de metal.
Después de comer…
-Sayax tendrás que tener recogida tu habitación para esta tarde que vendrán tus tíos…
-¿Cuándo conoceré a mi primo?, ¿es de mi edad verdad?
- Hoy sólo vendrá…–afirmaba la madre llevándose los platos al fregadero pero antes de acabar la frase el pequeño Sayax la cortó-
-Siempre igual…quiero conocer a mi primo ¿Por qué nunca viene?
-Está ocupado, sabes que estudia mucho, te lo dijeron tus tíos, algo que también deberías hacer tú –contestó el padre tajante mientras se limpiaba las manos-
El niño envuelto en una de sus rabietas se levantó de la mesa y subió corriendo a su habitación la cual cerró de un portazo. Se tumbó en la cama y comenzó a pensar en sus padres… tan furioso que sus ojos comenzaron a tornarse rojos, algo verdaderamente extraño pues perdían el brillo que los hacía infantiles y comenzaba un rojo intenso que podría definirse como verdadera ira.
Al atardecer…
-Míralos, ya llegan! – dijo la mujer asomada en una de las ventanas de la casa-
-Bien, iré a ver si Sayax está listo y le diré que baje…
<Toc Toc>
-¿Se puede pequeño?
-Ya salgo… -contestó una voz infantil con tono de enfado-
El Sacerdote entró en la habitación sin el permiso del niño ya que no esperaba encontrarse nada fuera de lo normal. Algo que más tarde rectificó ya que encontró al pequeño jugando con cuchillos de cocina.
-Sa…Sayax… Suelta eso cariño –añadió el padre preocupado-
-Solo estoy jugando papi… no me regañes ¿vale? –dijo lanzándose los dos chuchillos a la mano izquierda con agilidad y acercándoselos al padre- toma papá
El sacerdote cogió los cuchillos y abrazó al pequeño que se encontraba sentado sobre la cama.
-Han llegado tus tíos y tu primo, será mejor que bajemos. ¿Estás bien, verdad?
-Sí, claro, vamos papá
El niño dio una voltereta y saltó bajando de la cama, abrió la puerta de la habitación tendiéndole la mano a su padre, quien con cara de asombro la agarró y se dispuso a bajar al salón donde ya se escuchaban saludos cordiales y risas. Al llegar padre e hijo al salón se encontraron con la mirada del resto.
-Mi pequeño Sayax tan guapo como… -se detiene y lo mira-…siempre, dale un abrazo a tía cariño –le miraba con anhelo, no exactamente como una tía a un sobrino-
-Tíos, os echaba de menos! –corrió a abrazar a estos quienes siempre le traían un presente-
Mientras el niño abrazaba a sus verdaderos padres un pequeño pelirrojo salió de detrás de estos con una sonrisa encantadora.
-Ephran!! –gritó abrazándole ahora a él, haciéndose notar el cariño que se tienen-
-Te he traído un regalo primo, para que juguemos los dos –dijo tendiéndole un paquete-
-Uooh! ¿Qué será está vez? –reía mientras tiraba de los lazos y con ansia rompía el bonito papel que lo envolvía- Mira mamá, papá! Es un equipo de ingeniería para niños!
-Así es… ya que tus…padres –habla con dificultad- nos dijeron que te encantaba montar y desmontar aquella ardilla mecánica que te cree… decidí regalarte eso para ver que eres capaz de construir Say…digo Sayax.
El niño sonreía muchísimo , ya tenía algo con lo que entretenerse y que mejor que intentar crear algo como hizo su padre o para los ojos de él, su tío.
Así pasaron toda la tarde, mientras las mujeres se contaban las nuevas de cada pueblo y ellos comentaban la carrera goblin del día anterior los niños jugaban en la habitación de Sayax con el equipo de ingeniería.
-Ephran, ¿Por qué estudia tanto tu hermano?
-No estudia, se entrena
- A mi me han dicho que se pasa todo el día estudiando en su habitación unos libros muy grandes…
-No es cierto –respondió breve y rápido el pequeño pelirrojo- se parece a ti… y se llama como tú pero le llamamos Say sólo.
La información inocente de su primo hizo que la vida de Sayax se detuviese por un momento, ¿se llamaba como él?, ¿era como él?. No podía dar crédito a lo que había escuchado pero no desconfiaría nunca de la palabra de su primo o hermano a la vista de otros…
Muchos años más tarde los padres de Ephran murieron, los verdaderos padres de Sayax. Los que ahora no eran tan chicos sabían que no podrían acudir a su única familia, a sus tíos pues no podían acercarse a Sayax quien vivía con ellos…
-Hermano que haremos?-miraba lloroso a su hermano quien caminaba sin mirar atrás-
-Buscaremos a Dargos, el amigo de papá, le pediremos ayuda –dijo parándose y tendiendo amable una mano a su hermano quien no dudó en cogerla- No podemos ir con los tíos Ephran, al menos yo no, tú si quieres hazlo. Conoces lo que hizo aquel hechicero… si me acerco moriremos los dos.
-Lo sé Say… -asentía mirando las expresiones de uno de sus hermanos gemelos- quiero estar siempre contigo.
-Prometo cuidarte muchísimo, no dejaré que te hagan daño, te protegeré como sea.
Y así fueron los comienzos de la historia de los tres hermanos… Cuando eran casi bebés y Ephran no había nacido aún los dos gemelos jugaban en el salón de la casa, apenas tenían conciencia propia pues eran demasiado pequeños. Una noche la Alianza atacó el pueblo en el que residían, arrasando todo lo que se les interponía en el camino, la familia Lélizhar se escondió en una de las habitaciones de la casa… escucharon como abrían las puertas de esta sonando un gran golpe y podían escuchar los pasos del subir de las escaleras. Athael agarró su espada y se colocó tras la puerta con la intención de decapitar a quien intentase entrar fuese con las intenciones que fuese no dejaría que aquella noche nadie se acercase a su familia. Al abrirse la puerta un humano de piel blanca seguido de un diablo entró en la habitación, ambos miraron a la joven elfa que abrazaba protectora a sus pequeños.
Cuando el brujo levantó la varita Athael le atravesó sin dudarlo con su pesada espada. La vara cayó de las manos del humano, Athael acababa de salvar a su familia pero tan solo de una muerte segura, antes de fallecer el brujo pronunció unas palabras ininteligibles… que ambos padres no dieron gran importancia hasta más tarde.
Todo parecía haberse calmado minutos después.. había sido un ataque rápido, tal vez organizado. Antes de que salieran de la habitación alguien llegó jadeante ante ellos.
-Por A’dal… estás loco cuñado? Poco más y te atravieso a ti también –dijo echando una última mirada al humano fallecido-
-Perdonad, no sabía si os habría pasado algo, ¿estáis todos bien?
Ambos padres asintieron y rápido miraron a sus pequeños gemelos que empezaban a llorar desesperadamente.
-Athael, que les ocurre? Nunca han sido así…no suelen llorar… -comentó la madre de estos-
-Será el ruido de todo esto cariño…
El familiar sacerdote se acercó a ellos, quería comprobar que no habían sufrido ningún daño. De repente el grito de los gemelos comenzó a ser más insoportable, el tío de los niños los revisaba muy extrañado y rápidamente reaccionó diciendo: “separadles!!!”. Los padres no entendieron que quería decir así que el reaccionó cogiendo a uno de ellos y comenzó a correr alejándose de la casa, le llevaría a la suya… tan solo era un principiante, no había tenido en sus manos a nadie que poseyera una maldición, no hasta ese día, solo había estudiado acerca de ellas.. .A partir de ese día los hermanos vivirían separados eternamente.
Muchísimo tiempo más adelante, exactamente algún mes después de la desaparición de la futura mujer de Say…
-Señor, ha llegado un paquete para usted –dijo una elfa con una bonita vestimenta negra y un delantal blanco dejando el paquete en la mesa- el mensajero dice esperar abajo.
-Gracias, puedes retirarte… -añadió dándose la vuelta y comenzó a leer el paquete-
“A la atención de Sayax Lélizhar Tanith, Mansión de Ravenholdt”
El pícaro lo abrió sin dudar, con una bella sonrisa… dentro encontró un pequeño una carta y cuaderno, primero se dispuso a leer la carta ya que se encontraba encima de lo que más tarde deducía, un diario.
Querido Sayax, esta es la primera vez que me comunico contigo, nunca supe cómo hacerlo aun a sabiendas de donde te encontrabas gracias a Ephran que el sí pudo acercarse a ti.
Me encantaría comprobar por mi mismo si son ciertas las palabras de la gente…si en realidad somos iguales, aunque estoy seguro de que nos encontraríamos distintos.
No escribo para ahogar mi actual melancolía, te necesito Sayax. Aquí te adjunto mi diario, el día a día de mi vida, luego entenderás porque te necesito.
Sayax cerró la carta al leer, estaba emocionado al saber de su hermano gemelo, del que siempre quiso saber, ver, abrazar y hablar…Así que continuó y comenzó a leer hoja por hoja el diario de su hermano, a veces rompía a reír y otras muchas intentaba mantener las lágrimas en sus ojos. Cuando llegó a la última página ya podía hacerse una idea de lo que podría querer su hermano.
Quiero empezar una nueva vida Sayax, lo he perdido todo y el resto lo he abandonado. He dejado mi casa, mi moto, todas mis pertenencias, mis compañeros de casa, mis compañeros de bastión.
Ahora seguiré el camino que siempre quise seguir pero necesito alejarme de todo lo que me queda actualmente y no quiero que nadie más aparte de ti y Nayade lo sepan, sé que tal vez no te agrade la idea de comenzar a vivir una vida que hasta ahora no era la tuya.
Prometo que no tendrás muchas tareas para que también puedas continuar con tu propia vida. Ellos no se darán cuenta del cambio, me verán como un simple compañero que ha enloquecido con la perdida de la mujer que más ha amado en toda su vida y a la única que amará.
Puedes hacer con mi vida lo que desees, todo lo que tenia ahora te pertenece, continuaré pagando yo la casa, lo único que quiero es que nos escribamos, cada cinco días te enviaré un goblin con una carta mía, se quedará en la mansión hasta que le des una contestación y él me la traerá.
Espero tu respuesta.
Siempre te quiso, tu hermano.
Say Lélizhar Tanith
Al leer esto el pícaro no dudó en aceptarlo, haría lo que fuera por su hermano gemelo, aunque no le conociese algo le unía a él.
Así que se dispuso a contestarle y entregó su respuesta al goblin, el encargado de hacer llegar la misiva de vuelta.
Última edición por Sayax el Sáb 17 Oct 2009 - 3:48, editado 5 veces
Sayax- Maestro de Lore
- Cantidad de envíos : 1625
Edad : 34
Localización : Madrid
Fecha de inscripción : 18/01/2009
Re: Origenes I
----> Video Origenes I
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Meses después una carta llegaba a manos de Say quien se encontraba regando tréboles de oro que había plantado cerca de su casa…
Hermanito creo que ahora estoy logrando encajar entre el resto, no sé si será por la perilla que me he dejado como la tuya pero son un poco ingenuos, pasan por alto mi rebeldía tal y como me dijiste, creen que rozo la locura por aquella elfa con la que estuviste, que por cierto…¿Quién demonios es bigotitos? Menos mal que no me dejaste de niñera de ese…oso. –Say ríe al leer acerca del oso-
Ah, otra cosa… como está la capitana no? No veas cómo se mueve la pelirroja, he quedado varias veces para hablar de lo que te ocurrió. Pero dime, tuviste algo con ella? Parece una elfa difícil pero creo que lo lograré algún día.
Todo parecía marchar como el que antaño fue un pícaro deseaba que fuera, el ahora comenzaba a rehacer su vida con pesar pero lo hacía.
Justo un mes después Say recibió otra nueva carta el hermano le había adjuntado otra con una flecha.
Hermanito hoy he recibido esto y he de decir que creo que ahora sí que rozaré la locura, es el puto oso blanco que me mira como si fuese una elfa en celo. Siento decirlo pero te lo mandaré también junto a otro mensajero distinto, no puedo quedarme con él y además creo que tu si querrás.
Así fue como Say se enteró de que Aleyah seguía viva, ella se había comunicado con el por una carta. Miles de pensamientos inundaron la cabeza de Say pero así fue como su corazón comenzó a latir de nuevo.
A partir de ese día la vida de los dos gemelos cambiaria para siempre…
Semanas después…
Say creo que tengo un problema, pensaba que nunca me pasaría pero… siento lo mismo que tu cuando te enamoraste, como lo que ponía en tu diario.
Conocí a un ángel y siento lo que describías! El revoloteo de mariposas en el estomago cuando la veo, siento el querer protegerla eternamente, hace desaparecer las sombras cuando me mira con esos ojos…
El problema es que… ha vuelto una cazadora, hace llamarse como tu antigua novia, Aleyah, por lo visto dice que la raptaron sus padres o la elfa de la que hablaba tu diario, no sé…
Hermano cuando me pediste ayuda no dude en ofrecértela, ahora soy yo quien os la pide, debes plantar cara y volver, ella está aquí y por lo que veo aunque piense que estás con otra te quiere con locura.
Contéstame lo antes posible, mientras seguiré fingiendo como pueda ser tú para ella. Pero no puedo por mucho tiempo Say, no quiero hacer daño a la mujer que amo, esto se me está yendo de las manos, no pienso perder a Liriathel por ti.
Atentamente, Sayax.
Say al recibir la carta, cogió sus armaduras y se preparó para un largo viaje de vuelta en el que pensaría como explicarle a los demás todo lo ocurrido, pero no volvía sólo por ayudar a su hermano y a su ángel …
Continuará…
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Origenes II
Meses después una carta llegaba a manos de Say quien se encontraba regando tréboles de oro que había plantado cerca de su casa…
Hermanito creo que ahora estoy logrando encajar entre el resto, no sé si será por la perilla que me he dejado como la tuya pero son un poco ingenuos, pasan por alto mi rebeldía tal y como me dijiste, creen que rozo la locura por aquella elfa con la que estuviste, que por cierto…¿Quién demonios es bigotitos? Menos mal que no me dejaste de niñera de ese…oso. –Say ríe al leer acerca del oso-
Ah, otra cosa… como está la capitana no? No veas cómo se mueve la pelirroja, he quedado varias veces para hablar de lo que te ocurrió. Pero dime, tuviste algo con ella? Parece una elfa difícil pero creo que lo lograré algún día.
Todo parecía marchar como el que antaño fue un pícaro deseaba que fuera, el ahora comenzaba a rehacer su vida con pesar pero lo hacía.
Justo un mes después Say recibió otra nueva carta el hermano le había adjuntado otra con una flecha.
Hermanito hoy he recibido esto y he de decir que creo que ahora sí que rozaré la locura, es el puto oso blanco que me mira como si fuese una elfa en celo. Siento decirlo pero te lo mandaré también junto a otro mensajero distinto, no puedo quedarme con él y además creo que tu si querrás.
Así fue como Say se enteró de que Aleyah seguía viva, ella se había comunicado con el por una carta. Miles de pensamientos inundaron la cabeza de Say pero así fue como su corazón comenzó a latir de nuevo.
A partir de ese día la vida de los dos gemelos cambiaria para siempre…
Semanas después…
Say creo que tengo un problema, pensaba que nunca me pasaría pero… siento lo mismo que tu cuando te enamoraste, como lo que ponía en tu diario.
Conocí a un ángel y siento lo que describías! El revoloteo de mariposas en el estomago cuando la veo, siento el querer protegerla eternamente, hace desaparecer las sombras cuando me mira con esos ojos…
El problema es que… ha vuelto una cazadora, hace llamarse como tu antigua novia, Aleyah, por lo visto dice que la raptaron sus padres o la elfa de la que hablaba tu diario, no sé…
Hermano cuando me pediste ayuda no dude en ofrecértela, ahora soy yo quien os la pide, debes plantar cara y volver, ella está aquí y por lo que veo aunque piense que estás con otra te quiere con locura.
Contéstame lo antes posible, mientras seguiré fingiendo como pueda ser tú para ella. Pero no puedo por mucho tiempo Say, no quiero hacer daño a la mujer que amo, esto se me está yendo de las manos, no pienso perder a Liriathel por ti.
Atentamente, Sayax.
Say al recibir la carta, cogió sus armaduras y se preparó para un largo viaje de vuelta en el que pensaría como explicarle a los demás todo lo ocurrido, pero no volvía sólo por ayudar a su hermano y a su ángel …
Continuará…
Sayax- Maestro de Lore
- Cantidad de envíos : 1625
Edad : 34
Localización : Madrid
Fecha de inscripción : 18/01/2009
Re: Origenes I
como me mola!!! que wapo! .... esto me ha entrago ganas de hacer la de zarp y la de haruck jijiji que motivacion!! ...sigue y no pares o te corto el puescuezo
Zarp- Lla Poste Sien Bese
- Cantidad de envíos : 214
Edad : 39
Localización : Tenerife
Fecha de inscripción : 23/03/2009
Re: Origenes I
Culebron Culebron! como me gusta! y tu zarp.. ¿a que narices espera? quiero leer las historias de zarp y haruck leñe! *recuerda que tiene que seguir su propia historia*
Liriathel- Ta Bien Esto Del Foro
- Cantidad de envíos : 59
Edad : 43
Localización : Madrid en lo que algunos llamarían mi cripta
Fecha de inscripción : 29/09/2009
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 14 Ago 2013 - 0:47 por batisjunior
» Ysendra Venture "la Errante"
Jue 22 Nov 2012 - 14:22 por Edrahil
» Un dos, probando
Jue 22 Nov 2012 - 13:34 por Nyassa
» ¿Quieres formar parte de Capas de la Tormenta? enterate de como!
Miér 21 Nov 2012 - 12:47 por Admin
» Non Serviam, Mist of Pandaria
Jue 27 Sep 2012 - 18:20 por Sayax
» Mist of Pandaria
Vie 31 Ago 2012 - 17:13 por Edrahil
» hola gente
Vie 31 Ago 2012 - 12:04 por Edrahil
» Echando raíces
Lun 6 Jun 2011 - 23:14 por Alëyah
» Cuando una vida se apaga
Miér 1 Jun 2011 - 19:29 por Alëyah
» Aliados Secretos
Lun 23 Mayo 2011 - 14:01 por Admin