[La Guarida de Onyxia] Una batalla que recordar... (Parte 2)

**Nyteblade** Jue 15 Oct 2009 - 17:37

-¡Näyade, Sayax, Calipzo! Ayudadles a acabar con ellos! -grito la Paladina mientras protegia a Askeliet con un escudo de luz-.
-¡Namine, Ewilan, Itachi! Centraos solamente en derribar a Onyxia -dijo Nyte mientras hacia muecas con las manos-.

Las dagas arrojadizas de los pícaros se fundian con la magia del Caballero de la Muerte, produciendo asi una letal combinacion que abatia crias rapidamente.

Los disparos de Itachi se mezclaban con el fuego sombrio de las dos elfas, dirigiendo asi poderosos ataques a las alas de aquella monstruosa criatura.
Onyxia inundaba la sala circulas con fuego líquido, mientras descargaba poderosas bolas de fuego contra los héroes.

Todo parecía ir bien hasta que Ewilan diviso algo que podria cambiar el rumbo de la batalla.

Un descomunal Dragonante había descendido por el camino hacia la gran sala, alertado seguramente por el estruendo de a batalla. Se encontraba a escasos metros de Namine, en una posicion donde la joven Bruja no podia divisarlo.

Bajo la incredula mirada de los miembros del grupo, el Dragonante atraveso el tórax de la frágil elfa con su alabarda.

El tiempo pareció detenerse, los gritos del grupo se ahogaban con el dolor de lo que acababa de ocurrir. El cuerpo de Namine yacia sin vida en el suelo, con los ojos todavia abiertos, y el suelo lleno de sangre.

En ese momento todo se descontrolo. Más crias rompian sus caparazones y se unian a la batalla, haciendo retroceder cada vez mas al grupo. El Dragonante golpeaba con furia el escudo del Paladín, que simplemente recibia los impactos como podía.

Arrinconados contra una pared, rodeados de enemigos, sucedió lo peor que podía ocurrir. Onyxia tomó aliento y barrio la sala con llamas, alcanzando practicamente a todos los miembros de aquella caceria que se habia descontrolado, hiriendolos.

- Se acabo... -murmuró Sathael mientras decenas de crias golpeaban su cuerpo, aguantando como podía -.

Pero cuando todo parecía perdida....un atisbo de esperanza pareció resurgir de las cenizas.
Ekavali sonrió con decisión y se transformo en un majestuoso Leon negro, adornado con agresivas manchas rojas.

Aprovechando pequeños huecos entre los atacante, se escabulló agilmente hasta traspasar aquella barrera de alas, fuego y escamas.
Corrió rapidamente hacia el cuerpo de Namine y volvio a su forma original, arrodillandose a su lado. Con un espectacular movimiento, apoyo sus grandes manos contra la roca manchada de sangre.

Un resplando verdoso inundaba el cuerpo de la Tauren, mientras esta recitaba sin dmeora palabra ininteligibles para el resto. De repente, el resplandor paso de rodear a Ekavali a rodear a Namine, cerrando sus heridas y ligando nuevamente su alma al cuerpo.

La elfa desperto subitamente, y se levanto como pudo. En ese mismo instante escucho la voz de Nyte, gritandole que acabara con los dragones que les asediaban.

Sin ninguna distraccion ni molestia, la bruja fue capaz de convocar a las mas oscuras fuerzas del Caos, inundando asi la zona de magia negra que barria incesantemente los cuerpos de las crias. En unos segundos , yacian en el piso de la gruta, mientras Onyxia rugia ferozmente al ver lo acontecido.

-¡Ahora Itachi! - grito Näyade señalando un punto flaco en la Madre del Linage-.

Sin dudar ni un instante, Itachi tenso su arco al maximo, y con una precisión sobrenatural, perforo una parte frágil del ala del Dragon, desequilibrandolo al instante, haciendo que aterrizara forzosamente.

Los ojos de Onyxia se inundaron en odio, mientras corria hacia el grupo, resoplando vilmente, haciendo que temblara todo el suelo. Pero algo se cruzo en su camino...

Askeliet, con fuerzas renovadas, se ayudaba de Sathael para bloquear el paso del dragon, el cual embisitio su escudo sin exito, frenandose en seco y perdiendo el equilibrio.

-Nos toca... - dijo Näyade mirando a Sayax mientras sonreia con malicia -.

Los picaros desaparecieron a los ojos del resto del grupo, y en apenas un milisegundo, se encontraban entre las patas traseras del dragón, acuchillando sus articulaciones incesantemente hasta que cedio, y Onyxia se desmorono con la facilidad de un fragil castillo de Naipes sobre las grietas del lugar.

Antes de que pudiera ni siquiera contraatacar, el grupo completo atacaba directamente el pecho ahora descubierto del monstruo, arrebatandole la vida de una vez por todas.

La presión se desvaneció al instante, y lo que antes era miedo y desesperación, se torno alegria y jubilo. Los gritos de victoria llenaban la Guarida.

Todo habia acabado, afortunadamente, bien...

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Y esta es la historia...que sigo recordando perfectamente. Pero lo que mas recuerdo de ese dia no es el dolor sufrido....no es el miedo que nos atascaba....no son los rugidos ensordecedores de la bestia...

Lo que mejor recuerdo, es la valentia, el coraje, la fortaleza que demostraron todos y cada uno de mis compañeros, de mis amigos.

Si hay algo que jamas olvidare, es que junto a ellos, el sueño mas imposible, se convierte en realidad.

Nyteblade.

PD: Dedicado a todos los que hemos hecho posible tirar a este gran boss : )