Ikis, el regreso: Ciudadela (Capitulo 3)
2 participantes
Página 1 de 1.
Ikis, el regreso: Ciudadela (Capitulo 3)
El frío que hacía era inhumano, se agarraba tanto a los huesos que los guardias de la Cruzada Argenta llevaban varias capas de ropa, dejando a la vista solamente los ojos y la boca, se arremolinaban alrededor de las múltiples hogueras que había en las proximidades de la entrada de Corona de Hielo, habían jurado estar ahí todo el día esperando a que alguien derrotara al Rey Exánime.
A pesar de ser poco más de medio día, las hogueras seguían dando calor a los guardias de la Cruzada Argenta, comentaban lo extraño que les parecía que ningún grupo, de todos los que habían pasado la prueba del cruzado, hubiera llegado para enfrentarse a los peligros de la Ciudadela de Corona de Hielo. De pronto, un grupo de no más 15 miembros subían lentamente las escaleras que daban al campamento de la Cruzada Argenta, era un grupo mayoritariamente compuesto de Elfos de sangre salvo un par de Orcos, un Renegado y una Tauren, iban liderados por una atractiva elfa de larga cabellera rubia montada en un gran corcel cubierto de placas.
¿Quién va? – Gritó un guardia que se encontraba al final de las escaleras.
¡La paladina Nyteblade, de Non Serviam, junto a sus campeones! – Dijo en voz alta la paladina a la vez que alzaba el estandarte de la hermandad, una gran cruz templaría de color blanco sobre fondo azul oscuro.
Una vez arriba, los miembros de Non Serviam desmontaron de sus monturas, empezaron a desempaquetar las pocas pertenencias que llevaban encima mientras un grupo comenzaba a montar las tiendas de campaña. Dos guardias ataviados de las vestiduras de la Cruzada Argenta se acercaron hacia Nyteblade y Náyade.
Sed bienvenidos a las puertas de la Ciudadela de Corona de Hielo, Non Serviam – Dijo el guardia más corpulento.
El placer es todo nuestro, por lo que veo somos los primeros en llegar ¿cierto? – Dijo Náyade echando un vistazo a su alrededor.
Si, ya nos estaba pareciendo demasiado raro que nadie viniera…Pero no me corresponde a mí decir tal cosa – El guardia miró a las dos elfas - ¿Cuál de las dos va a liderar la incursión a la ciudadela?
Seré yo – dijo Nyteblade dando un paso hacia delante, luciendo su gran sonrisa – Nyteblade, a su servicio.
Muy bien, si eres tan amable, sígueme, Tirion Vadín espera.
La elfa empezó a seguir a los dos guardias, sin prestar demasiada atención a lo que había alrededor ni a las miradas del resto de guardias, estaba más que acostumbrada a ser el centro de atención. Una gran tienda se alzaba al final del camino, era sin duda la más grande del campamento, con una gran hoguera rodeada de guardias a cada lado de la entrada, Nyteblade se paró atónita mirando observando la magnitud de la tienda – Vaya casita se ha montado Tirion, jodidos humanos – pensó mientras continuó la marcha.
Al acercarse a la entrada, los dos guardias que escoltaban a la paladina abrieron las pesadas lonas que hacían de puerta, desde el exterior no se veía nada del interior, y a una señal del guardia más corpulento, Nyteblade se adentró en la tienda de Tirion Vadín.
Tardó unos segundos en acostumbrarse a la tenue luz del interior, en el centro de la tienda había los restos de una gran hoguera, una mesa no demasiado grande se encontraba a un lado, a los otros lados de la tienda se amontonaban armas y armaduras.
Dichosos los ojos que te ven, Nyteblade – Una figura surgió de las sombras situándose en frente de la paladina.
Tirion, créeme que si tuviera oportunidad no me volverías a ver – Dijo la paladina en un tono osco.
Cuanto has cambiado paladina, a pesar de ser una elfa de sangre tenías un gran futuro en el Alba Argenta y lo echaste a perder con tu deserción – dijo Tirion de manera recriminatoria.
Tú que sabrás Tirion, serás muy influyente en el Alba Argenta pero no los lideras y mucho menos conoces todo lo que hay dentro de la organización – Nyteblade empezaba a exasperarse – Y para tu información – sonrió - yo sirvo a la luz, no a los humanos – escupió al suelo para demostrar su repudio a los humanos.
Tan insolente como siempre, con gente como tú nunca se podrá firmar la paz entra la Alianza y la Horda – suspiró – Pero no estamos aquí para discutir sobre esto.
Si, mejor, centrémonos en cómo mi hermandad va a derrotar al Rey Exánime.
Esperemos que tengas razón, Nyteblade. Sois los primeros en llegar, tanto de la Horda como de la Alianza, y seréis los primeros en entrar en los dominios de Arthas pero no seréis los únicos, pronto empezarán a llegar más campeones. No olvidéis que estáis aquí para derrotar a Arthas, no para enfrentaros a la Alianza, no quiero una batalla en la Ciudadela de Corona de Hielo mientras el Rey Exánime siga con vida, ¿entendido? – Tirion miró fijamente a los ojos de Nyteblade.
Nyteblade, indiferente, dijo - Eso díselo a tus perros Tirion, nosotros no les atacaremos mientras no nos provoquen. ¿Algo más antes de adentrarnos? Tengo ganas de empezar a luchar –
Tirion sonrió y comenzó a andar hacia la puerta – No, nada más. Reúne a tu ejército y entra en la Ciudadela de Corona de Hielo, en el interior os estaré esperando junto a Comillosaurio – y sin esperar respuesta, salió de la tienda dejando a Nyteblade sola.
Nyteblade salió de la tienda con paso ligero, se dirigió a la entrada de la Ciudadela Corona de Hielo y cuando vio el estandarte de su hermandad se paró en seco, lo agarró con fuerza.
¡¡Non Serviam!! – Gritó de manera descomunal - Reagrupaos y dirigíos a la entrada. ¡Rápido! ¡Nuestro momento ha llegado!
Cuando vio que todo el mundo se vestía para la batalla, siguió su camino hacia la entrada de la Ciudadela y allí esperó hasta que llegaron todos los componentes de Non Serviam. Cogió el estandarte de Non Serviam y lo alzó entre gritos y aplausos, se dio la vuelta y entró en la Ciudadela de Corona de Hielo.
Tras las puertas, unas grandes antorchas en las paredes iluminaban de un color azul hielo un gran pasillo, los miembros de Non Serviam, liderados por Nyteblade, comenzaron a andar hasta que el pasillo se expandió en una enorme área, una gran barricada dividía la estancia en dos partes. En la parte más cercana a la entrada, había varios puestos de herreros y de vendedores de componentes, medio centenar de guardias de la Cruzada Argenta vigilaba que ningún miembro de la plaga traspasara hacía los puestos, si alguno lo intentaba era aniquilado en el momento.
Detrás del pequeño ejército de la Cruzada Argenta, se encontraba Tirion Vadín y Colmillosaurio, cuando Tirion vio que Nyteblade clavaba el estandarte de Non Serviam en el frío suelo azulado, sonrió y alzó la voz para dirigirse a todo el mundo.
Esta es nuestra batalla final. El paso del tiempo se hará eco de lo que aquí ocurra. Sin importar el resultado, sabrán que luchamos con honor. ¡Que luchamos por la libertad y la seguridad de nuestro pueblo! – Tras unos instantes, miró a los miembros de Non Serviam y con una sonrisa en la boca dijo - Recordad, héroes, el miedo es el mayor enemigo en estas cámaras infectas. Fortaleced vuestro corazón y vuestra alma brillará más que mil soles. El enemigo vacilará al veros. ¡Caerán en cuanto la luz de la rectitud los envuelva! – Desenvainó la espada y la alzó hacia el pasillo infectado por la plaga - ¡Nuestra marcha hacia la Ciudadela de Corona de Hielo comienza ahora!
Non Serviam, con las armas en la mano, salieron corriendo cuando una voz retumbó sobre las paredes - Ahora estás sobre la tierra sagrada de la Plaga. La Luz no te protegerá aquí, paladín. Nada te protegerá…- Se pararon en seco, paralizados.
Tirion, lleno de rabia no pudo contenerse - ¡ARTHAS! ¡Juré que te vería muerto y a la Plaga desmantelada! ¡Voy a acabar lo que comencé en la Esperanza de la Luz! -
Podrías haber sido el mejor de mis campeones, Vadín: una fuerza oscura que asolaría el mundo y lo llevaría a una nueva era de conflictos – Se escuchó en toda la estancia - Pero ese honor ya no te pertenece. Pronto, tendré un nuevo campeón. El adiestramiento ha sido agotador. Las atrocidades que he cometido sobre su alma… ha resistido tanto tiempo, pero pronto se inclinará ante su Rey.
¡NUNCA! Nunca… te… serviré… - Otra voz se alzó sobre la de Arthas.
Una risa enfermiza resonó en la estancia - Al final, todos me serviréis –
Colmillosauro, con el rostro desencajado miró a Tirion - ¿El paladín aún vive? ¿Cómo es posible, Alto señor? ¿Cómo pudo sobrevivir? -
El poder de la Luz no tiene límites, Colmillosauro. Su alma está bajo una gran tensión, pero vive, por ahora – Dijo Tirion sin mirar al Orco.
¡Debemos salvarle! Si rescatamos a Bolvar Fordragón, quizá calmemos las tensiones entre la Alianza y la Horda – Miró a los componentes de Non Serviam - Nuestra misión está clara: el Rey Exánime responderá por sus crímenes y salvaremos al alto señor Bolvar Fordragón.¡Kor’kron, preparad el Martillo de Orgrim para su último viaje! Campeones, nuestra nave atracará en la parte superior de la Ciudadela. ¡Nos veremos allí! – Dijo antes de salir de la Ciudadela Corona de Hielo.
¡Vamos hermanos! ¡La batalla y la gloria nos esperan! - Gritó Nyteblade a la vez que reemprendía la marcha y le cortaba la cabeza a un esqueleto de la plaga. Todos la siguieron.
A pesar de ser poco más de medio día, las hogueras seguían dando calor a los guardias de la Cruzada Argenta, comentaban lo extraño que les parecía que ningún grupo, de todos los que habían pasado la prueba del cruzado, hubiera llegado para enfrentarse a los peligros de la Ciudadela de Corona de Hielo. De pronto, un grupo de no más 15 miembros subían lentamente las escaleras que daban al campamento de la Cruzada Argenta, era un grupo mayoritariamente compuesto de Elfos de sangre salvo un par de Orcos, un Renegado y una Tauren, iban liderados por una atractiva elfa de larga cabellera rubia montada en un gran corcel cubierto de placas.
¿Quién va? – Gritó un guardia que se encontraba al final de las escaleras.
¡La paladina Nyteblade, de Non Serviam, junto a sus campeones! – Dijo en voz alta la paladina a la vez que alzaba el estandarte de la hermandad, una gran cruz templaría de color blanco sobre fondo azul oscuro.
Una vez arriba, los miembros de Non Serviam desmontaron de sus monturas, empezaron a desempaquetar las pocas pertenencias que llevaban encima mientras un grupo comenzaba a montar las tiendas de campaña. Dos guardias ataviados de las vestiduras de la Cruzada Argenta se acercaron hacia Nyteblade y Náyade.
Sed bienvenidos a las puertas de la Ciudadela de Corona de Hielo, Non Serviam – Dijo el guardia más corpulento.
El placer es todo nuestro, por lo que veo somos los primeros en llegar ¿cierto? – Dijo Náyade echando un vistazo a su alrededor.
Si, ya nos estaba pareciendo demasiado raro que nadie viniera…Pero no me corresponde a mí decir tal cosa – El guardia miró a las dos elfas - ¿Cuál de las dos va a liderar la incursión a la ciudadela?
Seré yo – dijo Nyteblade dando un paso hacia delante, luciendo su gran sonrisa – Nyteblade, a su servicio.
Muy bien, si eres tan amable, sígueme, Tirion Vadín espera.
La elfa empezó a seguir a los dos guardias, sin prestar demasiada atención a lo que había alrededor ni a las miradas del resto de guardias, estaba más que acostumbrada a ser el centro de atención. Una gran tienda se alzaba al final del camino, era sin duda la más grande del campamento, con una gran hoguera rodeada de guardias a cada lado de la entrada, Nyteblade se paró atónita mirando observando la magnitud de la tienda – Vaya casita se ha montado Tirion, jodidos humanos – pensó mientras continuó la marcha.
Al acercarse a la entrada, los dos guardias que escoltaban a la paladina abrieron las pesadas lonas que hacían de puerta, desde el exterior no se veía nada del interior, y a una señal del guardia más corpulento, Nyteblade se adentró en la tienda de Tirion Vadín.
Tardó unos segundos en acostumbrarse a la tenue luz del interior, en el centro de la tienda había los restos de una gran hoguera, una mesa no demasiado grande se encontraba a un lado, a los otros lados de la tienda se amontonaban armas y armaduras.
Dichosos los ojos que te ven, Nyteblade – Una figura surgió de las sombras situándose en frente de la paladina.
Tirion, créeme que si tuviera oportunidad no me volverías a ver – Dijo la paladina en un tono osco.
Cuanto has cambiado paladina, a pesar de ser una elfa de sangre tenías un gran futuro en el Alba Argenta y lo echaste a perder con tu deserción – dijo Tirion de manera recriminatoria.
Tú que sabrás Tirion, serás muy influyente en el Alba Argenta pero no los lideras y mucho menos conoces todo lo que hay dentro de la organización – Nyteblade empezaba a exasperarse – Y para tu información – sonrió - yo sirvo a la luz, no a los humanos – escupió al suelo para demostrar su repudio a los humanos.
Tan insolente como siempre, con gente como tú nunca se podrá firmar la paz entra la Alianza y la Horda – suspiró – Pero no estamos aquí para discutir sobre esto.
Si, mejor, centrémonos en cómo mi hermandad va a derrotar al Rey Exánime.
Esperemos que tengas razón, Nyteblade. Sois los primeros en llegar, tanto de la Horda como de la Alianza, y seréis los primeros en entrar en los dominios de Arthas pero no seréis los únicos, pronto empezarán a llegar más campeones. No olvidéis que estáis aquí para derrotar a Arthas, no para enfrentaros a la Alianza, no quiero una batalla en la Ciudadela de Corona de Hielo mientras el Rey Exánime siga con vida, ¿entendido? – Tirion miró fijamente a los ojos de Nyteblade.
Nyteblade, indiferente, dijo - Eso díselo a tus perros Tirion, nosotros no les atacaremos mientras no nos provoquen. ¿Algo más antes de adentrarnos? Tengo ganas de empezar a luchar –
Tirion sonrió y comenzó a andar hacia la puerta – No, nada más. Reúne a tu ejército y entra en la Ciudadela de Corona de Hielo, en el interior os estaré esperando junto a Comillosaurio – y sin esperar respuesta, salió de la tienda dejando a Nyteblade sola.
Nyteblade salió de la tienda con paso ligero, se dirigió a la entrada de la Ciudadela Corona de Hielo y cuando vio el estandarte de su hermandad se paró en seco, lo agarró con fuerza.
¡¡Non Serviam!! – Gritó de manera descomunal - Reagrupaos y dirigíos a la entrada. ¡Rápido! ¡Nuestro momento ha llegado!
Cuando vio que todo el mundo se vestía para la batalla, siguió su camino hacia la entrada de la Ciudadela y allí esperó hasta que llegaron todos los componentes de Non Serviam. Cogió el estandarte de Non Serviam y lo alzó entre gritos y aplausos, se dio la vuelta y entró en la Ciudadela de Corona de Hielo.
Tras las puertas, unas grandes antorchas en las paredes iluminaban de un color azul hielo un gran pasillo, los miembros de Non Serviam, liderados por Nyteblade, comenzaron a andar hasta que el pasillo se expandió en una enorme área, una gran barricada dividía la estancia en dos partes. En la parte más cercana a la entrada, había varios puestos de herreros y de vendedores de componentes, medio centenar de guardias de la Cruzada Argenta vigilaba que ningún miembro de la plaga traspasara hacía los puestos, si alguno lo intentaba era aniquilado en el momento.
Detrás del pequeño ejército de la Cruzada Argenta, se encontraba Tirion Vadín y Colmillosaurio, cuando Tirion vio que Nyteblade clavaba el estandarte de Non Serviam en el frío suelo azulado, sonrió y alzó la voz para dirigirse a todo el mundo.
Esta es nuestra batalla final. El paso del tiempo se hará eco de lo que aquí ocurra. Sin importar el resultado, sabrán que luchamos con honor. ¡Que luchamos por la libertad y la seguridad de nuestro pueblo! – Tras unos instantes, miró a los miembros de Non Serviam y con una sonrisa en la boca dijo - Recordad, héroes, el miedo es el mayor enemigo en estas cámaras infectas. Fortaleced vuestro corazón y vuestra alma brillará más que mil soles. El enemigo vacilará al veros. ¡Caerán en cuanto la luz de la rectitud los envuelva! – Desenvainó la espada y la alzó hacia el pasillo infectado por la plaga - ¡Nuestra marcha hacia la Ciudadela de Corona de Hielo comienza ahora!
Non Serviam, con las armas en la mano, salieron corriendo cuando una voz retumbó sobre las paredes - Ahora estás sobre la tierra sagrada de la Plaga. La Luz no te protegerá aquí, paladín. Nada te protegerá…- Se pararon en seco, paralizados.
Tirion, lleno de rabia no pudo contenerse - ¡ARTHAS! ¡Juré que te vería muerto y a la Plaga desmantelada! ¡Voy a acabar lo que comencé en la Esperanza de la Luz! -
Podrías haber sido el mejor de mis campeones, Vadín: una fuerza oscura que asolaría el mundo y lo llevaría a una nueva era de conflictos – Se escuchó en toda la estancia - Pero ese honor ya no te pertenece. Pronto, tendré un nuevo campeón. El adiestramiento ha sido agotador. Las atrocidades que he cometido sobre su alma… ha resistido tanto tiempo, pero pronto se inclinará ante su Rey.
¡NUNCA! Nunca… te… serviré… - Otra voz se alzó sobre la de Arthas.
Una risa enfermiza resonó en la estancia - Al final, todos me serviréis –
Colmillosauro, con el rostro desencajado miró a Tirion - ¿El paladín aún vive? ¿Cómo es posible, Alto señor? ¿Cómo pudo sobrevivir? -
El poder de la Luz no tiene límites, Colmillosauro. Su alma está bajo una gran tensión, pero vive, por ahora – Dijo Tirion sin mirar al Orco.
¡Debemos salvarle! Si rescatamos a Bolvar Fordragón, quizá calmemos las tensiones entre la Alianza y la Horda – Miró a los componentes de Non Serviam - Nuestra misión está clara: el Rey Exánime responderá por sus crímenes y salvaremos al alto señor Bolvar Fordragón.¡Kor’kron, preparad el Martillo de Orgrim para su último viaje! Campeones, nuestra nave atracará en la parte superior de la Ciudadela. ¡Nos veremos allí! – Dijo antes de salir de la Ciudadela Corona de Hielo.
¡Vamos hermanos! ¡La batalla y la gloria nos esperan! - Gritó Nyteblade a la vez que reemprendía la marcha y le cortaba la cabeza a un esqueleto de la plaga. Todos la siguieron.
Nyassa- Embajador
- Cantidad de envíos : 1267
Edad : 40
Localización : Madrid
Fecha de inscripción : 18/01/2009
Re: Ikis, el regreso: Ciudadela (Capitulo 3)
Buaaaaaaaaaa brutal!! No podia dejar de leer!! Tienes máaaaaaaaaaas??? ><
Sayax- Maestro de Lore
- Cantidad de envíos : 1625
Edad : 34
Localización : Madrid
Fecha de inscripción : 18/01/2009
Re: Ikis, el regreso: Ciudadela (Capitulo 3)
jajaja, el capítulo 4 lo tienes ahi...Ahora estoy escribiendo el 5...a ver si hoy o mañana lo cuelgo ^_^
Nyassa- Embajador
- Cantidad de envíos : 1267
Edad : 40
Localización : Madrid
Fecha de inscripción : 18/01/2009
Temas similares
» Ikis, el regreso: Non Serviam (Capitulo 1)
» Ikis, el regreso: Rasganorte (Capitulo 2)
» Ikis, el regreso: Extrañas Alianzas (Capitulo 4)
» El Regreso de Onyxia (Roleado)
» Valeskah: Capitulo 1
» Ikis, el regreso: Rasganorte (Capitulo 2)
» Ikis, el regreso: Extrañas Alianzas (Capitulo 4)
» El Regreso de Onyxia (Roleado)
» Valeskah: Capitulo 1
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 14 Ago 2013 - 0:47 por batisjunior
» Ysendra Venture "la Errante"
Jue 22 Nov 2012 - 14:22 por Edrahil
» Un dos, probando
Jue 22 Nov 2012 - 13:34 por Nyassa
» ¿Quieres formar parte de Capas de la Tormenta? enterate de como!
Miér 21 Nov 2012 - 12:47 por Admin
» Non Serviam, Mist of Pandaria
Jue 27 Sep 2012 - 18:20 por Sayax
» Mist of Pandaria
Vie 31 Ago 2012 - 17:13 por Edrahil
» hola gente
Vie 31 Ago 2012 - 12:04 por Edrahil
» Echando raíces
Lun 6 Jun 2011 - 23:14 por Alëyah
» Cuando una vida se apaga
Miér 1 Jun 2011 - 19:29 por Alëyah
» Aliados Secretos
Lun 23 Mayo 2011 - 14:01 por Admin